Bioética europea, de luto por Francesc Abel S. J.( 1933-2011) -- Juan Masiá Teólogo

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La Comunidad

El paso del año viejo al nuevo, ha coincidido con el tránsito pascual de nacimiento a vida nueva en el seno divino para el P. Francesc Abel, a sus 78 años de edad. Con la tristeza por el adiós al amigo, maestro y hermano, la eucaristía de su funeral es , ante todo, de acción de gracias por su vida. Gracias por el don que han sido su vida, ejemplo y obra para la ciencia, para la teología, para la bioética y para la misión actual de sus hermanos jesuitas.

La cualificación científica (doctor en medicina, especialista en Obstetricia y Ginecología) y teológica (profesor de teología moral en San Cugat y Roma), conjuntadas en una misma persona con su mentalidad crítica y capacidad de cuestionamiento filosófico (cf. La mediación de la filosofía en la construcción de la Bioética, 1993), hacían de él la persona ideal para el proyecto de diálogo entre ciencias, humanidades y teología que recomendaba, animaba y apoyaba a comienzos de la década de los setenta el P. Arrupe.

Respondiendo a ese llamado, funda el P. Abel, en 1975 el Institut Borja de Bioética, heredando, a la vez que repensando desde perspectiva europea, la mejor tradición de Hellegers y Potter en los orígenes de la Bioética.

Recuerdo con cariño agradecido mis visitas a su sede en los años siguientes. Eran los días en que Francesc Abel, desde Barcelona, y Javier Gafo, desde Madrid, apadrinaban con su apoyo intelectual el comienzo de otro Instituto de Bioética de los jesuitas en la Universidad Sofía de Tokyo.

En el marco breve de este recuerdo obituario distraería mencionar al detalle la lista larga de publicaciones, aportaciones académicas, fundación de instituciones (Grupo Internacional de Estudios de Bioética, Medicus mundi, Sociedad Catalana de Bioética, etc), artículos y conferencias con que fructificó su labor de ciencia, pensamiento y ética (cf. F. Abel, Bioética: Orígenes, presente y futuro, 2001).

Me limito a evocar la imborrable memoria del primer encuentro internacional de Bioética como diálogo interdisciplinar entre filósofos, teólogos y especialista de medicina, que organizó en 1984 en San Cugat.

Participaron moralistas de un amplio espectro de posturas, desde el P. Martelet (partícipe en la preparación de Humane vitae) hasta el P. Gafo, fundador de la Cátedra de Bioética de Comillas, biólogos y teólogos reconocidos en la universidad civil, como Julán Rubio y Carlos Alonso, así como de otras personalidades científicas como el pionero de la Bioética Hispánica, Diego Gracia, y el especialista en Genética Ramón Lacadena.

Los frutos de aquella reunión (adelantándose diez años antes de la fundación de la Academia Vaticana de la Vida, que lamentablemente seguiría y sigue una línea menos dialogante) cuajaron en la obra La vida humana. Origen y desarrollo, 1989, publicados en colaboración por el Institut Borja, la Universidad Comillas y la Federación Internacional de Universidades Católicas).

Ya por aquellas fechas se ponía difícil el diálogo, fruncían el entrecejo Ratzinger, desde Roma, y Rouco, desde Madrid. pero el apoyo de los Cardenales Martini y Jubany dio peso y protección a la tarea del P. Abel, que pudo esquivar sin rasguños las amenazas inquisitoriales mejor que otros de sus compañeros y discípulos seguidores de la reforma eclesial del Vaticano II.

Por eso, al despedirle, recordando el buen humor de Francesc, mientras entono el responsorio ?Al paraíso te conduzcan los ángeles…?? me brota espontáneamente un cambio en el libreto: ?In paradisum perducant te angeli… y…, y que al llegar en la procesión de los santos a la casa del Padre, te abra la puerta Javier Gafo y te diga sonriendo: Diez añós sin verte, Francesc, benvingut, ven a formar parte del retablo de santos protectores de la iglesia reformada por el Vaticano II y amparemos desde aquí a la Bioética europea y, sobre todo, a los bioeticistas y las bioeticistas del diálogo ciencias y humanidades??.