El papa Benedicto XVI modificó la fórmula de la Consagración durante la misa católica, de modo de que en el futuro se dirá que Jesús derramó su sangre «por muchos» hombres en vez de por «todos», publicó el pasado mes de diciembre el periódico Corriere della Sera. La palabras que pronunciarán los sacerdotes durante la Eucaristía se ceñirán de ese modo de forma más fiel al texto original en latín, según la decisión del Vaticano.
La medida es la primera intervención del Papa alemán en la liturgia, y no está exenta de críticas. Quienes la desaprueban afirman que la modificación es incomprensible para los creyentes. En cambio, otros teólogos creen que aclara que «la salvación de los seres humanos por Jesucristo no ocurre de manera automática, sino que depende de la voluntad de cada individuo». Estas palabras son pronunciadas por el sacerdote católico para consagrar las hostias con las que se dará la comunión hacia el final de la misa.
El texto latino dice: Hic est enim calix sanquinis mei, (…) qui pro vobis et pro multis effundetur (…). En español, equivale a: «Este es el cáliz de mi sangre (…), que será derramada por vosotros y por muchos (en vez de «todos los») hombres para el perdón de los pecados». Según se indicó, el cardenal de la curia Francis Arinze ha informado del cambio a las Conferencias Episcopales en todos los países, pero no entrará en vigor hasta dentro de dos años.