Es una de los grandes temores del conjunto de la Conferencia Episcopal, y una de las razones por las que, contra viento y marea, el cardenal Rouco decidió su renovación el año pasado. Ahora, según confirmó el propio Losantos en una entrevista en El Mundo, se confirma que la cadena ha decidido retirarle de La Mañana, y ofrecerle una renovación -«un brindis al sol», dicen sus próximos- a la baja, compartiendo horario en La Linterna con César Vidal, el otro gran defenestrado (al menos sobre el papel) de esta historia.
Losantos todavía no ha contestado a esta propuesta, pero ya ha cargado contra una parte de los obispos, «no todos», y contra uno en particular: el cardenal Cañizares. Que, no lo olviden, ha sido elegido por Benedicto XVI para llevar el Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Que nadie espere que la salida de Losantos va a ser amigable, y que aquí no habrá pasado nada. Si finalmente se va (hasta que no lo vea, no lo creeré), sea a su casa, sea al consorcio Unidad Editorial-Libertad Digital, sea a Telemadrid, lo hará matando. Muchos obispos, responsables de movimientos eclesiales y «halagadores profesionales» están temblando, pues Losantos sabe muchas cosas. Y no le van a doler prendas en soltar, y en tratar de destrozar a aquellos a quienes culpe de su salida. Incluido, claro está, aquel que le defendió hasta casi el final, pero que ha permitido que esto suceda. Y que, si todo sigue sus cauces normales, habrá dado su brazo a torcer.
Esto tenía que haber sucedido mucho antes. Es el típico caso del animalito al que dejas crecer, le das todo tu cariño, y acaba convirtiéndose en un monstruo que devora a quienes le han cuidado. La escena del Saturno devorando, en este caso a sus «padres», amenaza con repetirse. Confiemos en que no sea así, y también en que Cope comience un nuevo camino. Por el bien de todos. De la Iglesia, de la sociedad… y del periodismo.
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