Docenas de escuelas británicas enseñan material didáctico que promueve el creacionismo pese a que el Gobierno laborista no lo considera apropiado para el currículo científico.
Según denuncia hoy el diario ‘The Guardian’, ese material, que plantea una alternativa de bases bíblicas a la teoría de la evolución de Charles Darwin, se enseña en cada vez más escuelas de este país.
Uno de los enseñantes que utilizan ese material, Nick Cowan, director del departamento de química de la escuela Bluecoat, de Liverpool, declaró al periódico que el hecho de que el llamado ‘diseño inteligente’, variante a su vez del creacionismo, critique el darwinismo no significa que no sea ‘científico’.
El Gobierno de Tony Blair ha dejado, sin embargo, muy claro que ‘ni el diseño inteligente ni el creacionismo son teorías científicas reconocidas’.
El presidente del comité sobre ciencia y tecnología de la Cámara de los Comunes, el liberal demócrata Phil Willis, expresó a la prensa su repulsa por el hecho de que un profesor de ciencias dé crédito al creacionismo y lo sitúe ‘al mismo nivel que el darwinismo’.
El material didáctico en cuestión fue enviado a los directores de los departamentos de ciencia de todas las escuelas británicas por un grupo llamado ‘Truth in Science’ (Verdad en la Ciencia).
‘No pretendemos atacar la enseñanza de las teorías de Darwin’, declaró al periódico Richard Buggs, miembro de ese grupo, quien agregó: ‘Lo único que decimos es que hay que enseñar también las críticas a esa teoría’.
‘El diseño inteligente examina la evidencia empírica presente en la naturaleza y dice que hay pruebas de la existencia de un diseñador. Si se profundiza, hay implicaciones de tipo religioso’, agregó Buggs.
Según Lewis Wolpert, biólogo de la Universidad de Londres y vicepresidente de la Asociación Humanista Británica, los argumentos a favor del ‘diseño inteligente son puramente religiosos y no tienen nada que ver con la ciencia’.
El material didáctico distribuido en el Reino Unido viene de Estados Unidos e incluye testimonios de personas vinculadas al Discovery Institute, un centro de estudios destinado a promocionar el diseño inteligente en la enseñanza superior de aquel país.
El año pasado, un juez de Dover (Pensilvania, EEUU), dictaminó que el diseño inteligente no puede enseñarse en las clases de ciencia porque es una teoría ‘religiosa’, equivalente al ‘creacionismo’, sólo que con otro nombre.
Según Jim Knight, secretario de Estado del ministerio británico de Educación, ‘ni el diseño inteligente ni el creacionismo son teorías científicas y no están incluidas en el currículo correspondiente’.