Arrogantes, pero vulnerables -- Pedro Serrano

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

El desarrollo económico, la mejora en la práctica y asistencia médica, el acceso a los
medicamentos y los adelantos científicos y técnicos han hecho que nos creamos a salvo de casi
todo mal. Pero tanta arrogancia y tanto engreimiento se diluyen ante un astuto e invisible virus que nos atemoriza hasta llegar a la psicosis y que nos viene a recordar que somos frágiles, vulnerables y, por supuesto, mortales.

No deberíamos menospreciar a la Naturaleza ni a sus poderosos agentes microbianos. Ella es
silenciosa, pero poderosa. Ella tiene sus propias leyes, y, cuando lo considere oportuno, no le
temblará el pulso para hacerlas cumplir, diezmando o erradicando a la especie humana, si
ello fuera necesario.

/ Antoñán del Valle (León)