Aprendamos a ser humanos -- Pedro Pierre

0
170

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Cuando nacemos somos un ser inconcluso, pero con enormes capacidades en espera de desarrollarse. Nuestra existencia consistirá en desarrollar armoniosamente estas capacidades. Vivimos en un ambiente desfavorable que limite y destruye nuestras capacidades de vivir y convivir armoniosamente por el caos que caracteriza nuestro mundo, la violencia que sufre nuestro país, la agresividad que se manifiesta entre nosotros, la desesperanza por una organización social que nos explota, nos confunde y nos deshumaniza.

Esta situación nos exige preguntarnos sobre el sentido de nuestra existencia y los valores de nuestra identidad de ser humano. A lo largo de nuestra vida, aprendemos muchas cosas, menos ser humano en su totalidad. En la escuela aprendemos a leer, escribir, conocer la historia, la geografía, la física, las matemáticas, la literatura, etc. Pero bien poco aprendemos a pensar, reflexionar y discernir.

En la universidad aprendemos una o varias profesiones, nos capacitamos para ser buenos profesionales, nos especializamos en lo digital, etc. Pero no aprendemos a convivir los unos con los otros y con la naturaleza.

Con las religiones aprendemos a obedecer a Dios sin darnos cuenta que, muchas veces, son nuestros propios deseos y voluntades que le prestamos a Dios.

El desafío actual es rescatarnos y cultivar lo que no hemos desarrollado: aprender a ser humano como debe ser. Esta tarea se podría resumir en desarrollar tres dimensiones que hemos marginado: pensar, convivir y autocrearnos. ¿Nos va a salvar la ?inteligencia artificial?…

Por supuesto que no. La mayor capacidad del ser humano es su conciencia: nos damos cuenta que existimos, pensamos, nos equivocamos, nos destruimos?? La inteligencia artificial no tiene conciencia de lo que escribe. Es sólo una memoria organizadora de elementos sobre un tema particular a partir de un esquema predeterminado?? Igualmente los robots.

En América Latina tenemos en la persona del brasileño Paulo Freire uno de los mejores pedagogos del planeta. La educación escolar nos enseña principalmente a ser unos buenos capitalistas, es decir, seres humanos troncados y distorsionados: individualista, competitivo es decir aplastador de los demás, cada vez más rico a costa de la destrucción de la naturaleza, materialista es decir falto de dimensión espiritual. Paulo Freire nos enseñar primero a pensar: pensar leyendo, pensar escribiendo, pensar calculando, pensar aprendiendo todo lo que se nos quiere enseñar en las aulas, es decir, aprender a saber quiénes somos, por qué existimos, a qué servimos, cuándo se es verdaderamente feliz??

El paso siguiente para ser más humano es aprender a convivir con otros y con todos. Cuando llegamos a la universidad, hay que seguir pensando, pero darnos cuenta que uno no está sólo, no vive solo, no aprende sólo, no crece sólo. Por lo mismo, tenemos que aprender a convivir, porque ?ser humano? es juntos ser y hacernos felices. Nadie está feliz sólo. Sentirse bien, no es felicidad, sólo es placer, lo que no está mal, pero no es más que la sombra de la felicidad.

Existimos porque otros nos dieron la vida, la gestaron, la cuidaron, la cultivaron, nos la entregaron para que la llevemos a su plenitud. Ser humano es una tarea permanente, una dinámico inconcluso que se logra con los demás. El infierno no es más que la soledad absoluta. La felicidad es el regalo de las distintas formas de comunidad: comunidad familiar, comunidad de vecinos y de amigos, comunidad de profesionales, comunidad deportiva, cultural, étnica, nacional, espiritual??

¿Y lo de autocrearnos como ser humano? La palabra ?humano? viene de ?humus? que significa ?tierra?, tierra fértil. La tierra, o sea, la naturaleza y el cosmos, es la cuna de la vida y del amor. Olvidémonos de un Dios fuera del mundo y fuera de nosotros. Dios está y es el mundo, la tierra, la naturaleza y el cosmos porque es la vida y el amor en nosotros y todo lo que nos rodea. El cosmos, la naturaleza, la tierra y el ser humano somos una misma realidad, una misma unidad de vida, de amor y de Dios. Eso es la tercera dimensión humana después del pensamiento y del convivir: Eso es la espiritualidad.

Tenemos también que olvidarnos de decir ?tengo vida? y ?tengo amor?; se trata de darnos cuenta que es la vida y el amor que nos abrazan y nos hacen vivir y amar: Somos una encarnación de la vida y del amor. Lo mismo con Dios: somos una parcela de Dios, una encarnación de Dios. Tal vez lo hayamos pensado en algún momento?? pero el sistema social en que vivimos nos aleja de estas realidades: nos aleja de nuestra verdadera identidad, nos confunde sobre nuestro destino, nos engaña sobre la verdadera felicidad?? Nos impide ser humanos, es decir, dignos por pensar críticamente, fraternos por convivir armoniosamente y creadores juntos de nuestra común felicidad sin límite, que incluya lo espiritual.

Nunca es tarde para comenzar y llegar a ser más humanos: comenzar a pensar, comenzar a convivir y comenzar a vivir con Dios adentro de nosotros, de los demás, de la naturaleza y del cosmos. Vale la pena intentarlo antes de que sea tarde. Es tal vez lo que más nos más hace falta: simplemente ser humanos en su totalidad.