El cura que plantó cara a FJL enumera las contradicciones de la radio episcopal
Para Federico Jiménez Losantos (FJL) no es más que un clérigo que coincide con las «tesis polanquistas» de cerrar la COPE, pero lo cierto es que el jesuita Norberto Alcover ha sido capaz de alzar la voz, plantar cara al locutor de la emisora propiedad de los obispos en el mismísimo arzobispado de Madrid y defender que otra COPE es posible. Esta conclusion se pone de manifiesto en un completo estudio en el que Alcover expresa su desazón al comprobar cómo el ideario de la cadena es totalmente ignorado por sus estrellas comerciales, que, junto con otros responsables de la empresa, han transformado la emisora en la «extensión de un determinado partido», con «una concepción eclesial preconciliar». Se hace urgente, por tanto, tomar medidas.
?Usted está colaborando a que todas las personas que intentan una reconciliación en este país sean tachadas de ‘buenistas’. Usted es un gran comunicador, pero escuchándole me pregunto si es consciente de las pasiones que desata cada mañana. Le respeto mucho a usted, pero me pregunto si actitudes como la suya son positivas para la Iglesia. La COPE tiene un problema teológico (??) Preferiría que usted no trabajara en esta emisora??, le dijo el padre Norberto Alcover a Federico Jiménez Losantos en la casa de Rouco Varela, dentro del VIII Encuentro Diocesano de Comunicadores Sociales que se celebró el domingo pasado. Ante las críticas, el locutor de la COPE reaccionó, como acostumbra, insultando a su interlocutor. Por su parte, el padre jesuita prefirió abandonar con gran dignidad el plenario donde se celebraba la conferencia.
?La COPE de todos??
La ira con la que Jiménez Losantos respondió a este jesuita y profesor universitario de Teoría de la Comunicación podría deberse en cierta medida a un informe que Norberto Alcover publicó recientemente sobre la COPE en la revista católica Vida Nueva. En su análisis -titulado ?La COPE de todos??-, Alcover lamenta que, ?pudiendo constituir uno de los mejores medios de la Iglesia española para evangelizar??, la emisora propiedad -en un 50%- de la Conferencia Episcopal se haya ?convertido en causa de división y de polémica??.
Teoría y práctica
Para denunciar los males que padece la cadena de la Iglesia, Norberto Alcover parte del Ideario -aprobado en 1991-, que debe servir de guía a los profesionales que trabajan en la radio episcopal. Las diferencias entre la teoría y la práctica son escandalosas.
?Talante conciliador??
?En la COPE debe darse siempre un talante democrático y un respeto al pluralismo, (??) y laborará incansablemente por la paz, por la justicia y por la libertad, propiciará siempre el talante conciliador, la convivencia y el diálogo. Sacará a la luz pública los fallos y las quiebras de la sociedad, denunciará las injusticias, pero sin sembrar odios ni esparcir gérmenes de división. Respetará las leyes y a las autoridades democráticas, con espíritu de colaboración al bien común??, se afirma en el ideario que incumplen sistemáticamente las estrellas mediáticas de la COPE -poco partidarias, como se ha podido comprobar de sobra, de ese «talante conciliador»-.
Mañana, tarde y noche
Alcover señala que ?la permanencia en la COPE de determinadas personas produce tal destrozo en su propia imagen (de la cadena, por supuesto) que se hace necesario tomar prontas medidas respecto de tales personas??. Para el padre jesuita, son sin duda los ?espacios estrellas, esos magazines que cubren mañana tarde y noche??, así como los servicios informativos ?que con facilidad se convierten en espacio de unívoca opinión??-, los que más interrogantes suscitan.
Estructura de propiedad
Norberto Alcover critica que la COPE aparezca ante la opinión pública como ?extensión de un determinado partido político??, con una «concepción eclesial preconciliar» e indaga en las causas económicas y de propiedad de estos hechos. En el accionariado de la Cadena de Ondas Populares Española (COPE) cabe destacar que son la Conferencia Episcopal Española (CEE) y las Diócesis españolas las que copan aproximadamente el 70% de la cadena, dejando a religiosos como jesuitas y dominicos con menos del 5% de representación. Esta estructura permite a los grupos mayoritarios la potestad de elegir a los presidentes y órganos de Administración y toma de decisiones.
Un hecho poco conocido
Es en la Administración donde juega un importantísimo papel su presidente y, a la vez, consejero delegado, Alfonso Coronel de Palma, antes líder del CEU a nivel estatal. La función de Coronel de Palma la define el propio presidente como la de «administrador de la finca». Es relevante, en este punto, destacar un hecho poco conocido: la conexión entre la cadena COPE y sus propietarios es algo atípica: en vez de estar en contacto con el presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, en estos momentos Don Juan del Río -con excelentes conocimientos mediáticos- la cadena de emisoras depende de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, presidida por el propio presidente de la CEE, el cardenal Antonio María Rouco Varela.
Las consecuencias, a la vista
Que de Rouco dependan muchas de estas decisiones explica gran parte de los fenómenos que tienen lugar en la actualidad. La influencia fuertemente conservadora se combina con el carácter generalista de la cadena por definición, que persigue un beneficio económico y, por tanto, ha de competir como una más en el mercado. De esta forma, el accionariado, las funciones de los distintos responsables y los objetivos comerciales hacen aún más difícil que el ideario evangelizador pueda imponerse. Las consecuencias las vivimos diariamente. Alcover pone en contraste la figura de la criticable estrella mediática con la del trabajador medio de COPE, «peones» que viven con «tristeza» los acontecimientos que están teniendo lugar desde hace muchos años sin poder hacer nada al respecto.
jmgarrido@elplural.com