Adios a nuestro amigo Gonzalo Arias -- Aventino Andrés Cortés

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Gonzalo Arias2.jpgGonzalo Arias Bonet falleció en Cortes de la Frontera durante la pasada noche del viernes, 11 de enero a consecuencia de una enfermedad, que ha ido minando progresivamente su salud hasta acabar definitivamente con ella.
La personalidad , el pensamiento y el estilo de vida de Gonzalo son lo suficientemente significativos para cuantos lo hemos conocido como para que su partida quede reducida al ámbito estrictamente local y familiar. Porque la obra y el pensamiento de Gonzalo pertenecen ya de algún modo a todos aquellos que quieran acercarse a ellos: idea, sin duda, querida para el sentir generoso del propio Gonzalo, dispuesto siempre a compartir sus cosas y proyectos con quien se lo propusiera.

Quisiera a través de estas líneas hacer un breve recorrido por la vida y a actividad de este hombre cabal, cristiano sincero y algo más que ?aprendiz de no-violento??, como gustaba apellidarse.

Mi primer contacto con él fue, precisamente, en la actividad típica de la no-violencia, cuando al finalizar la década de los setenta protagonizó una huelga de hambre frente a la frontera de España y Gibraltar: el prolongado cierre total de la misma constituía a los ojos de Gonzalo una violación flagrante del Derecho Internacional, a parte de la dramática situación en la que se encontraban muchas familias de ambos lados de la verja, sin posibilidad práctica de comunicación entre ellas.

La huelga duró cerca de un mes, terminada la cual, tomó la decisión de abandonar su residencia de El Escorial para trasladarse a vivir con su familia a La Línea, con las miras puestas en continuar presionando por medios no-violentos hasta conseguir un día la apertura de la verja.

Varias veces entró ilegalmente en Gibraltar, desde donde saltó la valla de separación de ambos territorios para dar a entender que la ilegalidad se hallaba no en saltarla sino más bien en que se mantuviera totalmente cerrada. Estos hechos le costaron la detención y el paso por la cárcel, lugar que ya había conocido anteriormente en Madrid, cuando, poniendo en práctica el contenido de su novelita ?Los Encartelados??, decidió salir a la calle y reclamar públicamente elecciones libres y democráticas para aquella España tan encorsetada por la prolongada dictadura.

La apertura de la verja tuvo lugar poco después de que Gonzalo fijara su residencia en La Línea, llegados ya los socialistas al poder. Desinflado el problema fronterizo con Gibraltar, Gonzalo se centró en otros ámbitos de la no-violencia, como la objeción de conciencia frente a lo militar en la doble vertiente de supresión del servicio militar obligatorio y negar la parte proporcional del IRPF a la compra de armamento.

Fiel a su compromiso con la no-violencia, supo entreverar su trabajo profesional de traductor de organismos internacionales con la presencia en cuantos foros se organizaban en cuestiones de paz y derechos humanos así como con la actividad de escritor sobre su tema preferido. A este respecto, diré que son varias las obras que nos ha legado, entre las que destacan:

?El antigolpe??, escrita a raíz del golpe del 23-F y que pretende ser, como reza el subtítulo, un ?manual para la respuesta no-violenta a un golpe de Estado??.

? En la obra ? El ejército incruento de mañana?? presenta materiales diversos sobre la doctrina de la defensa no-violenta e intentan salir al paso de quienes pretenden confundir no-violencia con renuncia a la defensa personal o colectiva. ? ?La no-violencia, ¿tentación o reto» ? Supone un intento de sistematización de su pensamiento en torno a este asunto. Desarrolla con claridad su visión crítica de la justificación que mantiene la teología católica en la guerra justa y el recurso a medios violentos en la legítima defensa.

? Su última obra, aparecida poco antes de su muerte y titulada ?La historia ramificada?? yo la califico como una pirueta imaginativa, muy al estilo de Gonzalo, en la que mezclando personajes y situaciones de la historia, imagina posibles salidas no violentas a tales situaciones.

La trayectoria del pensamiento de Gonzalo Arias tiene una variada fuente de inspiración, que comienza en el humanismo cristiano de los años cincuenta y el personalismo de algunos pensadores franceses como E. Mounier y G. Marcel. Creo que anduvo muy cerca de los círculos de Ruiz Jiménez y de publicaciones como ?El Ciervo?? y ?Cuadernos para el diálogo??.

Entró luego en una dimensión más vital y práctica , cuando en Francia entra en contacto con las doctrinas de la no-violencia de Gandhi y Martin Luther King. Fue una preocupación constante suya la de dar a entender que la no-violencia sirve de poco como doctrina si no va acompañada de acciones concretas allí donde lo reclame la justicia y los derechos de las personas. De igual modo le preocupaba dejar claro que la no-violencia no suponía ni pusilanimidad ni renuncia a servirse de medios , no-violentos eso sí, para defenderse cuando fuera preciso.

Quedaría incompleta mi referencia a las fuentes de su pensamiento si no destacara su condición de cristiano profundamente convencido, ya que supo anclar su concepción y las exigencias de la no-violencia al mandamiento por excelencia de Jesús y a los nuevos planteamientos de las Bienaventuranzas.

Lo cristiano informó todas las facetas de la vida de Gonzalo, tanto en los aspectos individuales como familiares: sirva como ejemplo de su sentido de la acogida y solidaridad con el mundo marginado el sobrenombre de ?casatuya?? con el que bautizó su casa de El Zabal en La Línea, cuyas puertas siempre estuvieron abiertas a quienes hasta allí quisieron acercarse. Muchas familias del barrio de La Atunara son testigos de estas dos facetas comentadas. Hombre enormemente culto, no ciñó sus conocimientos al ámbito de la no-violencia: prueba de ello ha sido el conjunto de aportaciones en materia de calzadas romanas, vertidas a lo largo de los años en la revista por él fundada ?El Miliario extravagante?? .

Volviendo al terreno de su pensamiento son conocidas las posturas críticas y fundadas mantenidas por él frente a determinadas formulaciones teológicas en el ámbito de las exigencias éticas y morales, sobre cuyos contenidos no puedo extenderme aquí. En este sentido siguió muy de cerca las orientaciones del Concilio Vaticano II, lo mismo que empezó a experimentar luego la decepción frente a los frenazos y la involución eclesiales posteriores. Consecuencia de ello fue su acercamiento progresivo a los movimientos de Iglesia que abrían esperanzas de vivir más de cerca los ideales del evangelio en diálogo con el mundo actual, como las Comunidades Cristianas Populares, las Comunidades de Base, Somos Iglesia, Moceop y otros.

Esto ha constituido precisamente parte de su último pensamiento, dejado por escrito poco antes de morir y con el que cerraré esta breve e incompleta semblanza de Gonzalo: ? … He vivido como cristiano y como tal entiendo morir, después de haber intentado aplicar y practicar, desde la doctrina de la no-violencia, el mensaje de amor universal que Jesús nos trajo de parte de Dios para la construcción del Reino de Dios…

Llegada la hora de la sinceridad, debo decir que he evolucionado al final de mi vida de manera que ya no tengo esperanza en la renovación de la Iglesia Católica Romana desde dentro, aunque conservo la esperanza en la renovación del cristianismo por obra de comunidades de base, iglesias pacifistas y movimientos ecuménicos. Entiéndase esto como una forma de protesta frente a una Iglesia ritualista y dogmática, poco sensible a los signos de los tiempos…??

Descanse en paz, el hombre coherente, el valiente luchador no-violento y el amigo bueno.

La Línea, 19 de enero de 2008