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En las prácticas religiosas, de gente sencilla,es frecuente que piensen que tienen que dar algo para que Dios les recompense. Esto viene desde los tiempos primitivos cuando imaginaban a los dioses con las mismas virtudes y defectos de los propios seres humanos. Había que ofrecer algo para tener contentos a esos seres superiores que tenían poder sobre la naturaleza y sobre los hombres. Hoy se hacen promesas. se ponen velas,se organizan procesiones,se ofrecen misas,pagando estipendios,.. He visto colgar billetes en los mantos de ciertas vírgenes, de tal o cual advocación…
Hay imágenes de santos a los que se le atribuyen milagros y se le hacen promesas. Existe el pensamiento de que hay que ser buenos para poder adquirir un beneficio en esta vida o en la otra. En el fondo estamos imaginando a Dios como a un ser que «se deja sobornar».. Y es que ,en las relaciones humanas se dan , don frecuencia, esos mismos comportamientos interesados. «DO ut DES»,que quiere decir te doy para que me des. ¿Se deberá ,en el fondo, a que tenemos un falso concepto de la Divinidad? ¿Estamos , todavía, en el Antiguo Testamento? Creo que Jesús de Nazaret superó esta manera de pensar y de actuar. Pongámonos al día en entender el Evangelio.
Almería, 7 de mayo de 2019.