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El hambre que siguen teniendo millones de personas en el mundo es la primera gran violencia a la que son sometidos los cuerpos de las mujeres y de los hombres en nuestras sociedades, destacó la Dra. Ivone Gebara, teóloga feminista de la liberación.
La segunda es la falta de salud, seguida de la carencia de habitación (casa); que son problemas básicos de sobrevivencia en «multitudes de gentes», a quienes las religiones brindan ?ensayos de respuesta o de consuelo??.
En entrevista previa a su conferencia magistral ?El cuerpo como espacio político-religioso?, que impartió en el I Congreso Continental de Teología Feminista, Gebara reconoció: ?no creo que vamos a llegar a un mundo donde justicia e igualdad se realicen desde nuestras relaciones en este mundo??.
Para esta teóloga feminista de la liberación, perteneciente a la congregación de Las Hermanas de Nuestra Señora, a cada nueva generación le corresponde buscar relaciones justas, de equidad, de justicia, de compartir los bienes, ?de compartir, como dice el Evangelio, el pan de cada día??.
La religiosa brasileña, que dedica su trabajo pastoral a las mujeres pobres, abundó que no cree que habrá en el mundo un momento en que se vaya a alcanzar una ?justicia total?; sino que habrá búsquedas propias de cada generación. Algunas, como la de ella, ?una mujer anciana??, harán su propia búsqueda; que las actuales generaciones aprovecharán, a la vez de hacer su búsqueda propia también. ?Pero esto no significa que hay una certidumbre que la próxima generación va a vivir relaciones de justicia, de amor y que no van a tener problemas??.
Teología feminista
Sobre el I Congreso Continental de Teología Feminista destacó su importancia debido a que ?por muchos siglos se habló de teología como si la teología, que en realidad siempre fue obra escrita y pensada por los varones, fuera un producto que se ofrecía a las mujeres. Hace ya algunos años, más o menos 50 años, que hemos empezado a discutir la capacidad de las mujeres de decir la trascendencia de otra manera, de ubicarse también desde la teología hecha por los hombres de otra manera, decir, no sentimos lo mismo (las mujeres), o no pensamos lo mismo, no queremos lo mismo??.
Decir lo que quieren es un reto para ellas mismas, las teólogas; y también para los teólogos varones, quienes deben darse cuenta que deben formularse otras preguntas respecto a su relación con ellos mismos, su relación con las mujeres y su búsqueda de sentido por la vida. ?O sea que la teología hecha por las mujeres es también una teología provocativa de la teología que los hombres hacen??.
Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales