Rafael Díaz-Salazar: ?Nos jugamos el futuro de la solidaridad en la familia, la enseñanza y los medios de comunicación?? -- Carlos Meza

0
77

Humanizar

La práctica de la solidaridad pasa en nuestros días por acciones que van más allá de una fecha y se asientan a partir de la formación de sentimientos morales, ayudar a transformar el sufrimiento o una realidad ajena y mantener la transmisión de estos valores en el seno familiar, la enseñanza escolar y los contenidos en los medios de comunicación, opina el profesor Rafael Díaz.Salazar, titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, y autor de libros como ?Iglesia, dictadura y democracia?? y ?El capital simbólico??, quien considera que en España se ha ampliado el campo para la labor solidaria.

P.- En una sociedad como la española de hoy ¿cómo entendemos el concepto de la solidaridad?
R.- La solidaridad es un hacerse cargo del sufrimiento ajeno o de la realidad social distinta a la que uno vive o en la que uno está inserto, e intentar intervenir para que esos problemas que en ocasiones están fuera del entorno personal o bien formen parte del proyecto vital de una persona o de una colectividad.

P.- Se dice que el avance de la sociedad hacia niveles de más bienestar y riqueza hace a la persona más individualista, menos solidario ¿comparte usted esto?
R.- Sí, por lo general la solidaridad tiene dos bases: una materialista y otra espiritual. Es importante que captemos que en muchas sociedades la solidaridad es una forma inteligente de practicar un egoísmo racional. Es decir, se sale de la miseria o pobreza, o de un acontecimiento desagradable, mejor en grupo porque es más posible que de forma individual, y allí se habla de la base materialista, en el buen sentido de la palabra material. Pero también tiene fuentes espirituales en todas las sociedades, tanto las pocos desarrolladas según el parámetro occidental, como las muy desarrolladas; es la solidaridad vinculada a grandes tradicionales religiosas, morales, espirituales, ideológicas, políticas. Todas las grandes religiones, las morales y las ideologías tienen vinculación fuerte del yo con el otro. Es cierto que en la medida en que en una sociedad de bienestar van desapareciendo las necesidades materialistas y también a través de procesos de secularización religiosa o ideológica o moral también se van difuminando las grandes tradiciones y fuentes de solidaridad, y lo que queda es el individuo que lo que tiene es su proyecto de alcanzar el mayor confort y consumo. En ese sentido, no hay sistemas de motivación material o espiritual para ser más solidario. No es que desaparezca la solidaridad en las sociedades de bienestar, sino que en la medida en que desaparecen las grandes fuentes espirituales de la solidaridad y en la medida en que son menos necesarios los grupos para salir adelante vamos a proyectos más individualistas.

P.- También algunos creen que en el caso de España se pasó del ser solidario al interior del país a serlo con los de fuera ¿cree que es esto así?
R.- Sí y no. Por lo general las personas que son más solidarias con los problemas internos del país suelen ser solidarias con los problemas de fuera del país. Otra cosa es que en España hasta hace pocos años la práctica de la solidaridad, las organizaciones solidarias estaban centradas más en asuntos de exclusión social y de injusticia laboral que había en nuestro país. Hoy en la sociedad española estamos viviendo, aunque sea minoritariamente, una explosión de la cultura de la solidaridad internacional. Como en el ámbito de la solidaridad un ciudadano se tiene que especializarse en algo, y al haber un ascenso de la solidaridad internacional, parece que por eso ha disminuido la solidaridad a problemas nacionales. Pero creo que no, son dos sectores compatibles y no sería bueno que todos los españoles que quisieran ser solidarios sólo se dedicaran a la práctica de la solidaridad en España.

P.- ¿Se puede decir, entonces, que ha habido una transformación de la práctica solidaria?
R.- Yo creo que ha habido es una ampliación del campo de las prácticas de solidaridad y ha entrado con fuerza la solidaridad internacional. En España claro que hay problemas del cuarto mundo y de la precariedad laboral, pero comparado con los del planeta en su conjunto, afortunadamente son menores, por lo que hay campo para las dos prácticas.

P.- Las sociedades tienen momentos ligados a la religión y a las fiestas, y en momentos como la navidad y otros momentos especiales la gente se muestra más solidaria respecto de otras fechas del año, ¿por qué cree que se da esto?
R.- Hay a lo largo del año una serie de calendarios simbólicos llenos de efervescencia colectiva donde se tocan ciertas fibras emocionales de la gente. Es lo que yo llamo ?solidaridad espasmódica??, por espasmos sentimentales de la gente. Eso no está mal, pero es ?flor de un día??; esos espasmos no ponen las bases las para la creación de una conciencia de solidaridad a largo plazo. En esta sociedad capitalista que es ante todo sociedad del espectáculo, también la pobreza, la miseria y el ser solidario forma parte del espectáculo, y eso es una gran trampa para la solidaridad.

P.- ¿Cómo abordar mejor todo esto?
R.- Yo creo que la solidaridad requiere de la formación continuada de sentimientos morales, es muy importante esa educación; es importante la creación de formas de prácticas de solidaridad en la vida cotidiana, y es necesario la inserción y pertenencia a organizaciones de solidaridad; además de la formación de la conciencia, porque de información estamos saturados pero hay déficit enorme de formación de conciencia. Esto debe a que la información se transmite rápido con la imagen mientras la formación de conciencia requiere espacios y tiempos y organizaciones para la creación de una personalidad solidaria. Podemos empalmar lo de las organizaciones religiosas; en España y el mundo las comunidades vinculadas a las diversas religiones son grandes espacios para la formación de sentimientos morales, conciencias solidarias y la adopción de prácticas de solidaridad, aunque no todas las personas lo sean, pero sí que tiene una asociación muy grande. Todas las grandes religiones son del prójimo.

P.- ¿Cuál es el papel del Estado en este proceso, cumple su función como debería?
R.- Yo creo que la gran institución solidaria es el Estado de Derecho y de justicia. Por eso creo que la solidaridad tiene una dimensión política muy clara. Allí donde se ha construido más solidaridad es donde se ha construido un Estado de Derecho y de justicia. No que no significa que el Estado deba hacer todo, pero si es quien más puede hacer y por lo tanto es importante la participación política de los ciudadanos para construir un Estado de justicia. Lo ideal es que en el ámbito de la solidaridad haya una interacción entre Estado y sociedad civil, porque estatalismo no es bueno en este ámbito.

P.- ¿Qué papel tienen aquí de los medios de comunicación?
R.- Es fundamental, porque llegan a millones de personas y rápidamente pueden crear estados de opinión, de conciencia y generar movilización ciudadana. Es interesante analizar sobre qué informan los medios de comunicación y sobre lo que no informan. Pero especialmente en los últimos tiempos crece mucho tanto la transmisión de la noticia como la opinión sobre ésta. Tanto si se observan tertulias radiofónicas o se leen artículos en los periódicos, allí se ve cuál es el tipo de mentalidad existente y se ve si el tema del sufrimiento humano forma parte de la agenda informativa. Por ejemplo el tema de las migraciones en España, es fundamental para medir qué solidaridad transmiten cada uno de los medios. Se puede transmitir desde el punto de vista de que nos invaden los inmigrantes y criticar al gobierno por no tener mano dura contra ellos, o se puede transmitir la noticia asociada a la injusticia planetaria, al sufrimiento humano, a la necesidad de una política de desarrollo, la necesidad de más solidaridad y políticas de acogida. Todo eso va creando una mentalidad en las personas. En este sentido pasa igual con la información económica; cuando hay medios en contra de un sistema fiscal progresivo y de distribución de la riqueza, y otros que afirman que hay necesidades sociales que requieren fuentes de financiación, pues hay medios con su papel. A mí me duele mucho que como católico que soy, la COPE ?que es la radio de la Iglesia- sea más allá que católica una radio ultra neoliberal tanto en informaciones y opiniones de economía como de inmigración traslada una mentalidad que está radicalmente en contra de la doctrina social de la Iglesia. Esa es una contradicción muy grande.

P.- Por lo que estamos hablando, la educación juega un papel importante, pero tanto la que se recibe en casa y la escolar.
R.- En primer lugar la familia, la gran institución educadora, tanto por lo que hace como por lo que no hace. Es importante ver si en la familia se habla de los problemas sociales, los de la pobreza en España y en el mundo, sobre los problemas medioambientales, los de la inmigración. Primero la conversación familia es muy importante para transmitir solidaridad. En segundo lugar, la creación de sentimientos de misericordia, compasión y de compromiso con la realidad social. Y en tercer lugar la familia los hijos ven más que oye, son más visuales que auditivos, y por ello es importante ver si la familia tiene práctica de solidaridad, si se pertenece a organizaciones solidarias, si entra una revista relacionada, si se comenta una película, un programa de televisión. Si dentro del ambiente familiar la temática tiene que ver con la solidaridad es algo que forma parte de la vida cotidiana. Los hijos ven si hay oxigeno o si es algo inexistente.

P.- ¿Y en la enseñanza escolar?
R.- En los centros escolares, es algo importante. Si en los colegios se es capaz de hacer una conexión entre las diversas enseñanzas curriculares y los problemas de la sociedad. Hoy hay libros de textos con buenas conexiones, pero otros que son asépticos y no tienen nada que ver con la solidaridad. También hay que ver si hay proyecto de centro escolar solidaro, o si más bien en el proyecto educativo el tema solidario no aparece de ninguna manera. Creo que son importantes las tutorías, que son un medio excelente para que penetren en los centros de enseñanza y lo que denomino la realización de un contrato educativo entre el centro escolar, ONG, y voluntariado, para que se den a conocer estas organizaciones para crear sistemas educativos para que los adolescentes se integren a éstas. Allí nos jugamos un poco el futuro, en la familia, la enseñanza y los medios de comunicación. Por lo que hace a la enseñanza, la asignatura de educación para la ciudadanía como puede verse por los textos publicados, especialmente los vinculados de editoriales cristianas, si se ve el temario la educación para la ciudadanía es un excelente instrumento para crear conciencia solidaria, conciencia y moral solidaria, y es una asignatura que debemos cuidar mucho.