Rosalía, religiosa (1160)
Para ser cristiano, en realidad, la Iglesia, habitualmente, exige muy poco. Se bautiza a los niños recién nacidos y apenas se exige nada a sus padres; todo lo más, la asistencia a unas charlas preparatorias del acto del bautismo y un vago compromiso de educar en cristiano al niño según la ley de Dios y los mandamientos de la Iglesia. Sin embargo, esto no era así al principio. Para ser discípulo, Jesús ponía unas duras condiciones, que llevaban a quien quería serlo a pensárselo seriamente. Pocos seríamos cristianos, si para ello tuviéramos que cumplir las tres condiciones que, llegado el caso, Jesús exige a sus discípulos. Y decimos «llegado el caso», porque estas tres formulaciones del evangelio de hoy que vamos a comentar son ?formulaciones extremas??; representan la meta utópica que no debemos perder de vista, y debemos estar dispuestos a alcanzarla en el seguimiento de Jesús. ··· Ver noticia ···
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