Miles de divorcios en el Vaticano -- Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

(Breve nota informativa)
El título de esta entrada se refiere al artículo que Celso Alcaina, (Doctor en Teología Bíblica, Lic. en Derecho, Oficial del Vaticano con Pablo VI), escribió e su Blog, «Enigma», el pasado dos de octubre. Entre las cosas interesantes que afirma destaco especialmente su información de que existe un documento, en su momento secreto, de la Santa Sede, que se comunicó a unos pocos episcopados, uno de ellos el norteamericano. Ese documento afirmaba cosas muy interesantes, como, como ya se puede ver por el mismo título:

«»Normas sobre la disolución del vínculo matrimonial en favor de la fe en virtud de la Suprema Autoridad del Sumo Pontífice; y normas para la confección de los procesos de disolución en favor de la fe». Se trata del privilegio petrino, del que ya hablé en uno de mis más recientes artículos. (Ver «Es conmovedor, (¡y un poco, o un mucho, asustador!), cómo obispos y cardenales saben, sin dudar, la voluntad de Dios»). EL Papa y los obispos actuales hablan de disolución del matrimonio, no de divorcio, pero el resultado pastoral, sacramental, humano y vital es el mismo, aunque usemos diferentes palabras.

Lo que en el fondo dice el autor de este artículo, que es un auténtico especialista en la materia, es:

1º) Que no hay por qué levantar tanto revuelo porque el Papa haya dispuesto simplificar y facilitar las causas de declaración de nulidad de los matrimonios canónicos. Que las críticas que ha recibido, y está recibiendo, son solo muestra de encono y mala voluntad.

2º) Que no hay una indisolubilidad absoluta de los matrimonios. De hecho la excepción de los matrimonios «Ratos no consumados» es tan frecuente en la burocracia vaticana que no se pueden considerar verdaderas excepciones.

3º) Aun teniendo en cuenta la Teología no se constata por qué un matrimonio entre bautizados sea más indisoluble que el de los no bautizados.

4º) El privilegio petrino, -pues el papa, cada uno de ellos, en su pontificado, es el Pedro del momento-, consiste en que pueda disolver incluso cualquier matrimonio entre no bautizados, si es para que uno de ellos se case con un católico. Pero si no hay previa conversión este uso de la dispensa papal puede ser, y lo es, discutido por los autores como abusivo. pero esto se ha estado practicando antes del papa argentino y no se han escuchado las voces de los, ahora, tan puristas canónicos.

Pero todo lo anterior invalida, por completo, las voces que se escuchan de altos jerarcas de la iglesia, que acusan a Francisco de irresponsabilidad en el planteamiento del matrimonio, de las declaraciones de nulidad, y de las consecuencias del divorcio. Y son esos altos prelados los que mejor saben cómo ha funcionado el sistema de «disoluciones matrimoniales», como para mostrar ahora sorpresa por la honestidad, claridad y línea recta de Francisco.

Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara