Valoración de Església Plural sobre los dos años de papado de Francisco

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Dos años trepidantes en que el estilo, las palabras, y las decisiones que cambian la forma de gobernar la Iglesia se han frecuentado con un potente cambio del foco doctrinal. Los pobres, la gente que sufre desigualdad y discriminación, la injusticia, han sido el centro del discurso y de los gestos de Francisco durante estos dos años.

Un discurso claro, potente y valiente, unos gestos de un alto simbolismo y una proximidad sincera a las realidades que empobrecen las personas y atentan contra su dignidad, han hecho de este Papa uno de los líderes mundiales indiscutibles. Uno de los objetivos prioritarios de su papado es la reforma de la estructura eclesiástica: la económica, la de poder, la ética, la pastoral. En este campo Francisco ha hecho importantes avances que hay que ir profundizando y concretando.

También es en estos ámbitos donde ha encontrado más oposición interna por parte de las estructuras de poder curial, de muchos obispos y cardenales. Fuertes obstáculos que están ralentizando dichas reformas A partir de ahora hay que empezar a tomar decisiones fundamentales:la renovación de los episcopados, un papel más activo y determinante para los teólogos y para el conjunto de fieles en la reflexión pastoral y doctrinal. La rehabilitación de los teólogos sancionados, perseguidos o arrinconados por sus ideas reformadoras. Consolidar el proceso de descentralización, y que las realidades culturales y lingüísticas gocen de una especial protección y reconocimiento, que se replantee el ámbito de las Conferencias Episcopales y se adecuen a las diferentes realidades culturales y nacionales, y no que respondan a la dinámica de los Estados.

Hay que reformar las estructuras de poder en la Iglesia, de toma de decisiones, de elección de cargos y ministerios, hay que democratizar el gobierno de la Iglesia, desde el Vaticano hasta las diócesis y las parroquias. Hay que revisar el papel y la función de las personas ordenadas y de manera especial la normativa sobre el celibato y el papel de la mujer en la Iglesia.

Hacemos un llamamiento a los cristianos de base a tomar conciencia de la importancia de su papel activo para garantizar la continuidad y el buen puerto del proceso de reforma, más allá de Francisco. Un cambio de rumbo se vislumbra y será responsabilidad nuestra, de todos los fieles, que podamos pronto celebrar la llegada de una nueva primavera en la Iglesia que ayude a construir un mundo mejor.

Barcelona, 13 de marzo de 2015 Església Plural