ReproduçãoLa Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) confirmó ayer (7) que el obispo de Apatzingán, Don Miguel Patiño Velázquez (foto), abandonó el estado de Michoacán, en México, por cuestiones de seguridad, después de haber recibido amenazas de la organización delictiva Caballeros Templarios en respuesta a las denuncias que venía haciendo en contra de las actividades del narcotráfico en la región. En la noche del último 3 de noviembre, una caravana de la Policía Federal llevó a don Patiño de la casa episcopal hacia un cuartel militar, después de constatar indicios reales de un ataque contra la vida del religioso.
La entidad también aprovechó para desmentir la información del portavoz del vicariato general de la Diócesis, Javier Cortés Ochoa, quien aseguró a la prensa local que el obispo «se encontraba tranquilo?? y realizaba sus trabajos normalmente y fuera de peligro.
De acuerdo con informaciones del secretario general del organismo, Don Eugenio Andrés Lira, el obispo Patiño participará en la 96ª Asamblea Plenaria de la CEM que se realizará en los próximos días en Lago de Guadalupe, en el Estado de México, para hablar sobre el problema del narcotráfico y de la violencia en Michoacán. El evento tendrá como tema la «Nueva Evangelización» y contará con la participación de enviados personales del Papa Francisco.
Denuncias
El último 23 de octubre, la Conferencia del Episcopado Mexicano divulgó un comunicado público «por la paz en Michoacán y en México??, días después de que Don Miguel Patiño Velázquez denunció la situación de violencia provocada por el crimen organizado en el estado de Michoacán y, en especial, en el Valle de Apatzingán, de donde familias enteras están siendo obligadas a salir de sus casas debido al miedo y a la inseguridad provocada por los grupos criminales como La Familia, Los Zetas y Los Templarios en disputa por el territorio.
En el comunicado, la CEM lamenta el hecho de que las iglesias dejaron de ser «territorio sagrado?? para el narcotráfico. «Los Obispos de México unimos nuestra oración, nuestra voz y nuestra acción a lo expresado por Monseñor Patiño. Nos duele el drama por el que están pasando muchas hermanas y muchos hermanos mexicanos. Nos aflige el hecho de que incluso la atención pastoral a los fieles se esté viendo afectada por las amenazas del crimen organizado, como también lo ha denunciado pública y valientemente Monseñor Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora??, expresa.
Debido a esta situación, los religiosos solicitaron a las autoridades una acción rápida y eficaz y pidieron estrategias para favorecer la calidad de vida de los ciudadanos. Ellos dijeron que ni la presencia del Ejército, la Policía Federal y la Marina resolvió el problema hasta ahora, pues lo que se observa es un constante aumento de raptos, secuestros, asesinatos y amenazas en la pelea de las facciones.
También convocaron a «todos los hombres y mujeres de buena voluntad a sumar esfuerzos para enfrentar positiva, creativa y solidariamente toda forma de violencia, a fin de edificar una sociedad justa, pacífica y próspera??.
El último lunes (4) el Ejército mexicano sustituyó a la policía en Lázaro Cárdenas, el principal puerto de cargas del país, ubicado en Michoacán, por sospecha de colaboración de los policías con el crimen organizado. El caso de Lázaro Cárdenas se suma a las denuncias del obispo Patiño sobre la actuación de los delincuentes.
Historial de violencia y amenazas
?sta no es la primera vez que representantes de la Iglesia Católica son blancos de amenazas de las organizaciones delictivas de Michoacán. En 2009, tres obispos y varios sacerdotes fueron amenazados por el narcotráfico, debido a sus trabajos de prevención y denuncia contra estos grupos. El 11 de julio del mismo año, el estado registró uno de los peores incidentes de violencia cuando los cadáveres de 12 agentes de la Policía Federal fueron encontrados apilados y con señales de golpes, en represalia por la detención de un líder criminal.
Desde que el ex-presidente mexicano Felipe Calderón (2006-2012) declaró la guerra al narcotráfico, la violencia ha aumentado, principalmente en las zonas en disputa por los cárteles y afectando a otras ciudades como Monterrey y Cuernavaca, que hasta entonces estaban libres de estos problemas. Según datos oficiales, el número de la violencia como consecuencia del accionar del narcotráfico gira en torno de los 70 mil muertos y 30 mil desaparecidos.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com