CARTA DE LA CEHILA A LOS OBISPOS EN APARECIDA

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Adital

Carta de la Comisión de estudios de historia de la Iglesia en Latinoamérica y el Caribe, Cehila, a los obispos latinoamericanos reunidos en la V Asamblea General del Celam en Aparecida (Brasil)

SE?ORES OBISPOS:

La Quinta Asamblea General del CELAM es también la celebración de su Jubileo, el año de gracia del Señor en que ?l nos depara el don de su amor superlativo: gratia gratis data.

La Iglesia católica en América Latina y el Caribe observa un proceso de profundas transformaciones en su entorno, pues ya no se encuentra ante el «monopolio religioso católico» que hasta hace poco caracterizó al continente, sino ante la paulatina desaparición del militantismo católico, el surgimiento de un ateísmo práctico y de un complejo pluralismo religioso en nuestras sociedades.

Los miembros de la CEHILA queremos vivir esta Asamblea con nuestros obispos como una hora de gracia, como un encuentro profundo con el Evangelio y la validez perenne del mensaje de Jesús. Esta oportunidad tiene que renovar las esperanzas y utopías que nacen del Evangelio mismo y de la historia reciente de la Iglesia en nuestro continente.

La CEHILA, como red de investigadores con una opción académica y una militancia eclesial ecuménica, dinamizada por la utopía del Reino de Dios, quiere asistir a la Quinta Asamblea siguiendo la predilección de Jesús por los pobres y pequeños, por los desheredados de la tierra, valorando al otro, reconociendo su dignidad como hijo o hija de Dios en la plenitud de su otredad y de su profunda unidad de origen y destino.

Las diferencias culturales, étnicas, históricas y confesionales que encontramos hoy en nuestro continente nos enriquecen y contribuyen a la construcción de nuestras propias identidades y a la comunión católica (Lumen Gentium, 13; Unitatis Redintegratio, 11). Tomamos el ejemplo de Jesús que, como buen samaritano, quiso ponerse en nuestro camino para sanarnos de nuestras heridas de infraternidad e injusticia, para ayudarnos a superar nuestras rigideces personales e institucionales, nuestras limitaciones de entendimiento y de apertura al otro en nuestros afectos y respetos.

Este Jubileo del CELAM es la oportunidad para que las comunidades eclesiales en América Latina y el Caribe renueven las opciones fundamentales que construyeron su identidad y vitalidad en el Concilio Ecuménico Vaticano II (1965) y en las asambleas del CELAM en Medellín (1968), Puebla (1978) y Santo Domingo (1992).

Es también una oportunidad para regresar a beber de las fuentes del Evangelio y su larga experiencia de Iglesia guiada por el Espíritu, confrontadas con las urgencias del tiempo presente; de reforzar su vocación pastoral, construir la Iglesia como Pueblo de Dios, donde los laicos, desde nuestras comunidades de base y en comunión con nuestros obispos, asumimos un papel protagónico fortalecido por la participación imprescindible de las mujeres.

La presencia del Papa en Aparecida refuerza nuestra lectura de los signos del Señor en la historia. Roma significó para la iglesia primitiva el símbolo del mensaje universal de Jesús, el llamado a superar las fronteras y a ser voceros del Evangelio ante el mundo entero. Roma también es el primer ejemplo de inculturación del Evangelio, experiencia que aún está inconclusa en nuestros países, a pesar de los más de 500 años de presencia del cristianismo en medio de pueblos originarios profundamente religiosos, con una vitalidad y unos valores de los que aún no ha bebido con la suficiente humildad y apertura.

Responder al reto de la inculturación es una forma de ser fieles al Evangelio de Jesús, de aprender a escuchar las expresiones de fe-confianza de los pueblos originarios, así como de los millones de esclavos africanos e inmigrantes de Europa y Asia que aquí llegaron, y también una forma de ser hermanos en la práctica solidaria de sus trabajos y en la celebración de todo esto en la fiesta bendecida por el Señor.

Que la Quinta Asamblea del CELAM se celebre en Aparecida es un signo que constituye un llamado renovado a la inculturación del Evangelio y de la Iglesia frente al milagro cotidiano de la fe del pueblo. Para la CEHILA, esta Quinta Asamblea es la excepcional oportunidad de expresar nuestra esperanza en el Señor de la historia y en la presencia del Espíritu de Dios en medio de los obispos latinoamericanos reunidos en su celebración jubilar. Por todo esto,

esperamos que ustedes reafirmen en su actuar las formas de la práctica de Jesús que quiso hacerse hombre y, por voluntad propia, compartió todo con nosotros, sobre todo con los más pobres, hasta darnos su cuerpo como alimento y regalo supremo del Dios-con-nosotros;

esperamos que ustedes asuman las urgencias del reto de la inculturación del Evangelio en América Latina, que lo asuman en Espíritu y verdad en un trabajo de largo aliento hecho humildemente a través del descubrimiento maravillado del don de Dios en las culturas originarias y afro-americanas del continente, de la riqueza de sus expresiones religiosas y de sus variadas formas de comunicación con lo santo;

esperamos que ustedes reafirmen la memoria histórica del Pueblo de Dios en América Latina y el Caribe, donde los pobres son sujetos de la historia y adquieren una centralidad en la acción pastoral de la Iglesia como sujetos, cuya dignidad, conciencia étnica y social la Iglesia respeta y defiende; un Pueblo a cuyas demandas las iglesias tratan de responder mediante una pastoral inserta en la vida de sus comunidades;

y confiamos en que ustedes, en actitud de escucha al Espíritu de Dios, oigan la voz de los predilectos de Jesús, atiendan sus reclamos de justicia secularmente desoídos por los poderosos y reconozcan que son los pobres quienes construyen la Iglesia y la evangelizan desde dentro.

Los miembros de la CEHILA, como académicos, creyentes y estudiosos del cristianismo, comprometidos con la defensa de la dignidad humana en América Latina y el Caribe, pedimos al Señor de la historia que tenga en cuenta el clamor del pueblo pobre y esperanzado del continente y derrame en sus obispos reunidos en Aparecida los dones del Espíritu Santo para que puedan ser fieles servidores del Pueblo de Dios entre nosotros.

Latinoamérica, mayo del 2007.

El Grupo de Coordinación de la CEHILA:

Imelda Vega-Centeno B.
Perú Robert Wright
USA

Eduardo Quadros
Brasil Pablo Moreno
Colombia

* Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina y el Caribe