AZNAR A LA RECONQUISTA DE AMERICA. Borja Zallana

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Un personaje de la obra de teatro de Woody Allen ?No te bebas el agua?? era objeto de mofa por parte de sus compañeros porque en su todavía incipiente carrera diplomática ya había sido expulsado de África. ?l se defendía diciendo: ?Es normal que a un diplomático lo expulsen de un país??, a lo que el sarcástico interlocutor respondía: ?Sí, pero es que África es todo un continente??. Nuestro bien amado presidente, para mí siempre lo será, José María Aznar va camino de igualar el récord de este personaje de ficción, en el cumplimiento de la difícil misión, de detener el comunismo en América Latina, que la ha encomendado su buen amigo George Bush.

De momento, ya ha conseguido que el Gobierno Mexicano le llame la atención por injerencia en asuntos internos y que la Oposición haya pedido su expulsión simbólica del país. En Chile, nido de hijos de Allende, no es bienvenido salvo en la residencia de Pinochet y, según las últimas noticias que llegan desde allí, no está el augusto general para muchas visitas. En Argentina no lo quieren adoptar ni las madres de la Plaza de Mayo. En Brasil, con el rojazo de Lula al mando del país, no ha conseguido prosperar la escuela de samba que se quería abrir en su nombre. En Bolivia, el indio Evo Morales no sabe que jersey ponerse para recibirlo y de Venezuela y Cuba que les voy a contar que no sepan ustedes.

Es precisamente ante estos contratiempos y adversidades en los que la figura de nuestro presidente se crece y adquiere la dimensión reservada a los personajes históricos. De la misma manera que Hernán Cortés no se amedrentó cuando le fue encomendada la conquista de México al mando de un simple puñado de agerridos españoles, José María I el Grande (permítanme esta licencia literaria) está dispuesto a detener con sus menudas manos y su clarividente discurso neocón la progresión de las fuerzas del mal dirigidas, la mayoría de ellas, por los descendientes de aquellos indígenas que Cortés, Pizarro y otros santos varones no tuvieron tiempo de ?cristianizar??.

Pero el mérito no es sólo de Aznar, quiero aprovechar esta humilde columna para felicitar al genial cerebro que en la Casablanca ha escogido a nuestro presidente como embajador de los intereses norteamericanos en Latinoamérica. El conocimiento que demuestra tener de aquel subcontinente y el esmerado planteamiento de la campaña me hacen pensar que sea el propio Bush el responsable único.

Una vez reconquistados los territorios de ultramar para la causa del bien, quizá nuestro amado presidente se vea con condiciones y fuerzas para emprender gestas aún de mayor enjundia, como la cristianización de China, la recuperación de Tierra Santa o la, más difícil todavía, elección de Piqué como próximo presidente de la Generalidad.