?Si hemos de morir, haced al menos que nuestro sacrificio contribuya a abrir el camino a un mundo en el que no existan más las clases dominantes sofocando las aspiraciones de la libertad.??
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti
20 de octubre de 2010.- Alejandro Teitelbaum es autor de un notable artículo publicado por la agencia Argenpress este último agosto. Se titula ?La explotación de los trabajadores en todo el mundo. Los casos de Argentina y Francia??, y nos ofrece un panorama minucioso de las formas actuales de opresión del capital sobre la clase trabajadora.
Teitelbaum (abogado por la UBA y diplomado en Relaciones Económicas Internacionales en el Instituto de Estudios del Desarrollo Económico y Social de la Universidad de París) explica que actualmente se da un proceso de aumento de la plusvalía, bien por medio del aumento de la carga horaria laboral -lo que constituye de hecho una rebaja salarial encubierta-, o a través del deterioro de las conquistas laborales que constituían el llamado Estado de bienestar.
Nos atrevemos a mencionar otros factores: por ejemplo, la caída del poder adquisitivo debida al desfasaje de los aumentos salariales con la inflación, (lo precios suben, no los salarios); o la generalización de los contratos provisorios, que contemplan menores remuneraciones y peores condiciones laborales.
En síntesis, la nueva crisis del capitalismo se ha ensañado con las condiciones de vida de los trabajadores a través de la pauperización de los salarios y pensiones, y de la licuación de la renta del Estado de Bienestar.
Lo que el Capital parece ignorar es que por esta vía está deprimiendo irremediablemente los grandes mercados, que la demanda china se satisface paulatinamente con la oferta interna, y que el ajuste del tipo de intereses acompasa la caída estructural del dólar, manteniendo la competitividad de los
productos chinos. Además, los países que se cargan con dólares comienzan a tener pérdidas multimillonarias, debido a que compran el dólar a un precio y fijan un valor ?ficticio?? en el mercado interno a pesar de que el dólar tiende a la baja en todo el planeta.
En este escenario la franja de ajuste a la que recurre el Capital es la renta del trabajo, y dicho ajuste se irá acentuando en la medida en que la pauperización ocasione la depresión del consumo y como consecuencia, una contracción económica, quedando clausurada entonces la posibilidad de una recuperación si no se cambia el rumbo a las exportaciones.
Es entonces que la conquista de potenciales mercados para la exportaciones desata una guerra divisas entre China y EE.UU. : por ahora China tiene tomados los mercados y sus bienes son más baratos que los norteamericanos, por lo cual se manipulará la situación de tal manera que los precios de las exportaciones norteamericanas sean más económicos, y es probable que China, en este marco, en favor de su competitividad opte por una espiral de extracción de la plusvalía, pauperizando aún más la calidad de vida de los asalariados.
Estamos obstinada y esperanzadoramente convencidos de que el único camino abierto para los trabajadores es una lucha frontal organizada y coordinada globalmente a nivel de las organizaciones de trabajadores, planteando un escenario similar al que se desarrolla en Francia. Como escribíamos no hace mucho, parece que vamos a seguir andando la historia iniciada en mayo del 68.
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)