Chile: Un país que te recibe con los brazos abiertos -- Encuentro de Jóvenes en Santiago de Chile, diciembre 2010

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Taizé

Un joven español del equipo que está preparando el encuentro de Santiago, y que acaba de llegar, nos da sus primeras impresiones: El calor del verano en Europa contrasta con el frío invierno al llegar a Santiago de Chile. En el hemisferio sur el invierno te sacude de golpe. La belleza de las montañas rodea esta gran ciudad de casi 6 millones de habitantes.

Por un lado la cordillera de los Andes nevada es preciosa. Es una sorpresa descubrirla tan cerca de la ciudad cuando las nubes permiten observarla. Al otro lado la cordillera que separa a Santiago de la costa. Y en medio, la meseta del río Mapocho, donde se levanta la ciudad en la que viven los santiaguinos. Muy pronto te sientes arropado por los chilenos. Su acogida cálida, cercana y sencilla te anima el corazón, todo lo contrario al frío que sientes por sus calles.

Los hermanos de Taizé llevan viviendo en Santiago desde pocos días antes del terremoto que sacudió a Chile el pasado febrero. Aquí todos te cuentan cómo lo vivieron, les gusta compartir ese momento tan duro para el país, el día trágico del temblor. Ellos llevan estos meses conociendo la realidad cristiana de Santiago y de otras ciudades de Chile. Es una sorpresa tan grande conocer que son muy conocidos los cantos de Taizé en las parroquias y comunidades cristianas e incluso saben de la comunidad de hermanos y de la vida y de los escritos del hermano Roger.

La preparación del encuentro que tendrá lugar a final de año en Santiago va tomando forma. La peregrinación de confianza para una tierra de hermanos se presenta como una oportunidad para profundizar en la búsqueda personal del misterio de Dios para cada cristiano a través de la acogida de los peregrinos y especialmente con los momentos de oración. Con la llegada de las hermanas de San Andrés y del grupo de voluntarios desde España, Francia, Italia, Argentina, Honduras, México, Bolivia y?? ¡por supuesto de Chile! continuarán las visitas a las comunidades cristianas de Santiago. Son muchos los jóvenes de Santiago y amigos de los hermanos los que colaboran en esta nueva etapa de la peregrinación de confianza.

El centro de preparación está en la parroquia Nuestra Señora de la Divina Providencia muy cerca del centro. Es un edificio histórico muy bonito que se vió afectado por el terremoto, incluso se cayó su torre campanario. Para mucha gente fue una muestra de la gravedad del terremoto. Pero los chilenos llevan toda su vida ?luchando?? contra la fuerza de la tierra y ya trabajan para reparar la iglesia. Su esfuerzo les lleva a vivir esperanzados y con ilusión se alegran de mostrar lo que son.

Poco a poco vamos conociendo el trabajo de la pastoral juvenil a través de la Vicaría de la Esperanza Joven y es sorprendente el esfuerzo que ponen en la formación. La organización es algo que les caracteriza. También la fraternidad ecuménica está ilusionada y apoya mucho la celebración de la peregrinación de confianza para una tierra de hermanos.

Ya en las primeras visitas y oraciones en las parroquias hay quiénes expresan que les gustaría recibir a jóvenes de otros países vecinos como Bolivia. El pasado jueves celebramos un encuentro y una oración. Las ganas de conocer y reconciliarse con el otro son grandes, incluso cuando no siempre las relaciones entre países hermanos fueron de paz. Hubo un buen número de chilenos que fueron al encuentro que se celebró en 2007 en Cochabamba y ¡fueron recibidos con alegría en las familias!

El día después tuvo lugar la oración por Chile, que los hermanos vienen animando desde el mes de marzo pasado, en la parroquia de Santa Clara de la Vicaría Sur. El frío no impidió que la iglesia se llenase y la oración alrededor de la cruz se prolongase durante mucho tiempo, al menos había 500 personas.

El domingo celebramos una oración y la eucaristía con cantos de Taizé en una parroquia donde jóvenes y adultos se reúnen a rezar con los cantos de Taizé una vez al mes desde hace más de 25 años.

Es bonito encontrarse con un país que te recibe con los brazos abiertos y su gente que expresa el deseo de acoger al que viene de lejos. La vida de fe ha marcado la historia de los chilenos. La alegría de ser creyente les lleva a estar comprometidos en la sociedad. Ahora su ilusión es profundizar en la oración personal y poder ampliar su amistad con Jesús. Ellos piden abiertamente a los hermanos ?enséñennos a vivir la espiritualidad del Evangelio??.