Protesta mundial de mujeres. Grupos católicos protestan por la postura del Vaticano sobre la ordenación de mujeres

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Agencia EFE

Grupos católicos de Estados Unidos y otros países, como España y México, protestaron hoy porque el Vaticano, entre sus nuevas normas para manejar los abusos sexuales de su clero, agregó la ordenación sacerdotal de mujeres como un «delito grave» contra la Iglesia.

El Vaticano emitió ayer una «clarificación» de los procedimientos con los cuales sus diócesis en todo el mundo deberán tratar a los sacerdotes acusados de abusos sexuales de los menores, crímenes que han plagado a esa Iglesia de manera creciente en la última década.
Como parte de esa declaración, el Vaticano añadió que «el intento de ordenación (sacerdotal) de una mujer» se agregado a la lista de «delicta gravoria», esto es los crímenes más graves bajo la ley eclesiástica, junto con el abuso sexual de menores.

Veintisiete grupos católicos de Estados Unidos, Irlanda, México, España, Francia, Canadá y Holanda difundieron hoy un comunicado en el cual expresan «solidaridad con los católicos que siguen buscando la igualdad, incluidos aquellos que practican ministerios feministas y las mujeres ordenadas sacerdotes».

La Iglesia católica no permite la ordenación sacerdotal de mujeres, pero en diferentes países grupos de católicos y unos pocos obispos han procedido a la consagración clerical de mujeres. El Vaticano ha amenazado con la excomunión a los obispos que lleven a cabo tales ordenaciones.

«Apoyamos a nuestros hermanos sacerdotes y obispos amenazados con la excomunión y otros castigos eclesiásticos por su apoyo a la igualdad de las Mujeres en la Iglesia», indicó el comunicado que incluye las firmas de «Corriente somos Iglesia» y «Católicas por el Derecho a Decidir», de España, y «Católicas por el Derecho a Decidir» de México.

Estos grupos señalaron que les ha ofendido enormemente que «una lucha de buena fe por la igualdad de género pueda malinterpretarse como un sacrilegio y puesta a la par con el abuso sexual de los niños».

«Estamos profundamente decepcionados porque el Vaticano haya, básicamente, reempaquetado sus normas de 2001 para el tratamiento del abuso sexual sin agregar cambios significativos a los procedimientos canónicos para el manejo de los crímenes sexuales de sus líderes religiosos», concluyó la declaración.