Universidad de Unisinos
3 Octubre 2007
Laicos católicos, después de leer el libro de Carlos Mesters, fraile carmelita, biblista de renombre internacional, escriben una carta abierta al Papa Benedicto XVI pidiendo la implantación de dos modelos de sacerdocio: a) celibatario, y b) casado, con normas canónicas específicas para cada estado; la implantación del sacerdocio femenino, con dos modalidades: a) celibataria, y b) casada, con normas específicas para cada estado, y la reintegración, en el servicio a la Iglesia, de los sacerdotes ya casados y aún vocacionados.
La carta se ha publicado en el Jornal ?Folha de S. Paulo, 28-09-2007 con una introducción firmada por Carlos Alberto Roma, graduado en gestión pública y posgraduado en contraloría pública, y ex-seminarista franciscano.
He aquí la introducción y la carta:
«Crece nuestra insatisfacción, en cuanto laicos católicos, con la insensibilidad de la jerarquía de nuestra Iglesia que está en el Vaticano.
La cuestión de fondo es la explícita falta de coraje para dar los pasos necesarios para colocar a la Iglesia en el siglo XXI, especialmente abriéndose a los laicos.
Hacemos un curso de actualización teológica. Somos 110 laicos. Después de reflexionar sobre la práctica y el coraje de Jesús ante la religión de su tiempo, teniendo como texto de profundización el libro «Con Jesús en la «, de frei Carlos Mesters, decidimos redactar una carta al papa Benedicto XVI y a toda la Curia Romana:
Estamos cada vez más motivados en servir a Dios por medio de nuestra Iglesia. A pesar de eso, estamos sufriendo mucho, porque los sucesivos padres que actúan en nuestra parroquia tienen un problema grave: por más que motiven a la juventud actual, ésta no se siente entusiasmada a entrar en el seminario para servir como sacerdote. Estamos tratando también de conocer ese problema en el viejo continente y verificamos que la situación es aún más grave.
Nosotros, laicos, pedimos disculpas por el atrevimiento de enviar esta correspondencia directamente para Su Santidad, sin pasar por las instancias competentes. Este asunto es muy delicado y las instancias locales no están autorizadas a debatirlo. Solicitamos que se abra ese debate. En nuestras celebraciones dominicales, hemos preguntado a hermanas y hermanos de la parroquia y constatamos que más del 95% entienden que nuestra Iglesia precisa dar nuevos pasos.
Brasil tiene la menor proporción de padres católicos del mundo, de acuerdo con el Centro de Estadística Religiosa e Investigaciones Sociales. Cuando en Brasil hay 18.685 padres (1 por cada 10.000 habitantes), en Italia hay uno para cada 1.000 habitantes. En América Latina, el problema es también evidente. Argentina tiene 1 sacerdote por cada 6.800 habitantes, y en Colombia 1 por cada 5.600 habitantes. La media de México, el segundo mayor país católico del mundo, es la que más se aproxima a Brasil: 1 sacerdote para cada 9.700 habitantes.
Con la gran falta de padres, confirmada en pesquisas realizadas en todos los países del mundo, nos preguntamos: por qué no reconocer el sacerdocio casado, el sacerdocio femenino y reconducir a los padres casados al servicio de la Iglesia?
Sabemos que, a lo largo de la historia, 39 papas estuvieron casados. El primero fue el apóstol Pedro (Lucas 4, 38-39).
Según investigaciones del Centro de Estadística Religiosa e Investigaciones Sociales publicada en 31/1/06, existen en Brasil cerca de 5.000 padres casados y sin el derecho de ejercer su sacerdocio. La mayoría siente palpitar fuertemente su corazón en la vocación para el sacerdocio. Eso no es un acto violento con el Señor de la Vida, que envió misioneros para el trabajo?
Los padres católicos tenían permiso para casarse en el primer milenio de la era cristiana. Fueron los dos primeros Concilios de Letrán, en 1.123 y 1.139, que instituirían el celibato sacerdotal y abolirían el matrimonio de sacerdotes. Los tiempos actuales llaman a que hagamos una valiente revisión y cambiemos nuestros paradigmas.
Solicitamos que Su Santidad cree una comisión, también compuesta por laicas y laicos, para profundizar y solucionar cuatro cuestiones:
1) Implantación de dos modelos de sacerdocio: a) celibatario, y b) casado, con normas canónicas específicas para cada estado;
2) la implantación del sacerdocio femenino, con dos modalidades: a) celibataria, y b) casada, con normas específicas para cada estado,
3) la reintegración, en el servicio a la Iglesia, de los sacerdotes ya casados y aún vocacionados.
4) revisar la situacion de los cristianos casados en segunda unión y su participación en la eucaristía.
Ante las reflexiones arriba recogidas, nos sentimos interpeladas e interpelados a la participación igualitaria en el caminar de la vida eclesial, especialmente con su futuro. Deseamos expresar nuestros pensamientos y expectativas, afirmando ser fundamental que la jerarquía de la Iglesia oiga nuestro clamor.
¿La jerarquía de nuestra Iglesia Católica va a continuar indiferente? ¿O va a abrirse al Espíritu Santo y dar un paso al frente? No podemos retrasar aún más este debate. ¿Nos falta, quién sabe, «voluntad eclesial», o «decisión política»?
Proponemos a todos los cardenales, obispos, sacerdotes, laicas y laicos que trabajan en los movimientos de pastorales para que abran el debate en sus espacios y hagan una discusión, bien profundizada, sobre los temas anteriores. Nuestro grupo de laicas y laicos tiene la página web:
www.softline.com.br/leigoscatolicosnacontramao.
Invitamos a todos los laicos y laicas que sienten el vigor profético a entrar en este debate. «