No deja de crecer en las Américas el interés por la situación actual de la Iglesia Protestante en España. La Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación, el medio informativo cristiano de referencia – www.alcnoticias.org-, se aproxima al ?caso español?? de la mano de Manuel López, consejero editorial y columnista de lupa protestante y también columnista habitual de ALC Noticias.
Por su interés reproducimos aquí la primera entrega de su serie de artículos bajo el título genérico de ?Noticia del laberinto español??:
Noticia del laberinto español (1)
Manuel López
Diez años después del sexto Congreso Evangélico Español, celebrado en Madrid en 1997, el séptimo, convocado en Barcelona para finales de 2007, prescinde del segundo adjetivo: se denomina tan sólo ?VII Congreso Evangélico??.
El mutismo con que es introducido este inopinado cambio en la denominación del acontecimiento señero de la Iglesia Protestante en España deja entrever dos lecturas claras: una, que en España también existe un problema de identidad nacional en el seno de las iglesias, o mejor dicho entre el liderazgo de las denominaciones evangélicas, y dos, que los organizadores del próximo Congreso está claro que optaron por ceder a la presión del nacionalismo catalán, eliminando el adjetivo ?estatal?? de la denominación del Congreso.
A estas dos lecturas cabe añadir todavía una tercera, y es la más que segura puesta en cuestión por gran parte de las cúpulas directivas de las entidades religiosas evangélicas españolas de la propia expresión que acabamos de usar: ?Iglesia Protestante??.
Lemas voluntariosos como el del Consejo Evangélico de Madrid ?Plurales en las formas, unidos en la fe?? apenas se sostienen en el ámbito del grueso de las iglesias, mayoritariamente congregaciones carismáticas y ?evangelicales?? de nueva implantación, sin raíces históricas. Que la Reforma no está de moda lo deja bien patente la propia constitución de la Comité Organizador del VII Congreso, en el que sólo uno de los siete vocales pertenece a la denominación histórica de referencia, la Iglesia Evangélica Española (IEE) -el otro ?premio de consolación?? es para la minoritaria Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE)-.
Bien es verdad que compensa la designación de la presidencia del Congreso en la Unión Evangélica Bautista Española (UEBE) en la persona del abogado Pablo Simarro. Con todo, en el Comité Organizador no hay ningún teólogo, ningún joven, ningún representante de la inmigración, como tampoco ningún representante -hombre ni mujer- del sector liberal.
Con predominio de color fundamentalista en el Comité Organizador es, pues, como la España Evangélica encara su séptimo Congreso desde 1919 y el primero del nuevo milenio.
Con esta ?photo-finish?? como referencia, el laberinto evangélico español perpetúa su estado de crisis latente, que viene arrastrando desde los años duros de la dictadura franquista, concretamente 1967, en que una Ley de pseudo-libertad religiosa que no venía a ser sino de tolerancia vigilada, que establecía la inscripción de las iglesias en un registro especial con sus correspondientes listados de miembros, dividió a las iglesias entre ?colaboracionistas?? y opositoras.
El hecho de que estas últimas, las dos denominaciones históricas con raíces en el siglo XIX, la IEE y la UEBE, quedaran en minoría, marca el punto de inflexión del cambio de rumbo de la España Protestante: cada vez más distanciada de la Reforma y más próxima a los idearios fundamentalistas.
A diferencia de Francia, donde conviven dos federaciones de iglesias, una Protestante y otra Evangélica, o de Italia, donde valdenses y bautistas articulan, junto con la mayoría de comunidades y grupos denominacionales, excepto pentecostales y carismáticos, la Federación de Iglesias Evangélicas, en España ostenta la representación de todos una sola organización, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) creada por las iglesias históricas hace 50 años, en 1956.
El peso que reformados y bautistas ejercían entonces se ha ido diluyendo sucesivamente en favor primero de los pentecostalismos y actualmente del ?rodillo carismático??.
La redefinición de la propia identidad es, sin duda, la gran tarea pendiente de la Iglesia Protestante en España?? en el caso de que pudiera hablarse de una y no de dos Iglesias. Porque la mayoría de las dos mil iglesias cristianas no católicas existentes en España se identifican con el calificativo de evangélicas en contraposición a protestantes.
Obviamente, es el fruto de la labor indoctrinadora de las misiones ??evangelicales??, antiecuménicas, de Estados Unidos y también de Europa. En la vieja piel de toro que es España campan por sus respetos.
El rearme ideológico de la Alianza Evangélica Española, entidad centenaria hasta ahora meramente de orientación doctrinal entre el liderazgo fundamentalista, no es nada ajeno a la dramática vuelta de tuerca hacia posiciones ultraconservadoras. Pero vele ahí que esta vez, la primera en la historia, sale a la palestra un medio crítico: el portal www.lupaprotestante.es, vinculado al Ateneo Teológico, con sede en Castelldefels, Barcelona.
Acostumbrada a pontificar con la última palabra en todo debate divino o humano -?Roma locuta, causa finita??-, ahora, al fin, la derecha religiosa evangélica en España tiene oposición en las propias filas protestantes. Un buen momento para pulsar el estado de las cosas será el próximo domingo 17 de septiembre, en que echará a andar un programa religioso evangélico en Radio Nacional de España.
Fruto tardío de los Acuerdos con el Estado Español en 1992, doce años después de promulgada la Ley de Libertad Religiosa de la Democracia española en 1980, en las televisiones públicas ya se están emitiendo programas; son coloquios sin debate de desarrollo previsible, entrevistas edulcoradas o directamente cultos evangelísticos.
Ahora, veintiséis años después, se presenta como un ?logro?? el programa en la radio pública, y a buena fe que certifica la gran capacidad negociadora?? del Gobierno del presidente Zapatero: será emitido a la peor hora imaginable de toda la semana: las seis de la mañana de los domingos.
Claro que las organizaciones de judíos y musulmanes aceptaron igualmente tan peregrino horario de emisión. Quiérase o no, en España sigue mandando la Iglesia católica; el Gobierno no se atreve a enfrentarse al episcopado e impulsar el desarrollo de la libertad religiosa, que no es otro que el de alcanzar la paridad de trato a todas las creencias en un Estado laico.
Así, mientras la confesión mayoritaria, la Iglesia católica, ¡citada por su nombre en la Constitución española!, se da el gran ?banquete??, acaparando financiación estatal y privilegios sin cuento, como en la ?larga noche de piedra?? de la dictadura franquista en un Estado nacionalcatólico, los dirigentes de las confesiones minoritarias, con los protestantes a la cabeza, parecen encantados de recibir de vez en cuando unas migajas. Así sea los domingos a las seis de la mañana.
(Continuará).