El rincón del peregrino
¡Loado seas, mi Señor, por nuestra Hermana María, Madre de los que luchan y esperan!
A quien te amó con sencillez, le diste el Amor que no tiene medida.
En esta penumbra que nos abraza, reconozco tu rostro.
¡Una talla de madera viva, que guarda el aliento de los Tiempos,
que la carcoma no ha osado morder y que la oscuridad no ha logrado vencer! Ver noticia original en …