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Fuente: Observatorio eclesial
Bakú. El llamamiento procedente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 se dirige a los líderes para que el mundo reduzca los daños causados por los modelos de desarrollo depredadores implantados por el ser humano
En la COP29, la segunda semana de negociaciones ha iniciado con una alarma climática. Ministros de Medio Ambiente de todo el mundo convergen en Azerbaiyán y darán a las negociaciones el sello político de sus pro-
pios gobiernos.
El «clima» se está poniendo realmente «caliente» y los que pueden hacen llamamientos enérgicos sobre la urgencia de actuar.
El Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, pide a todos que salgan de la teatralidad de estas negociaciones y se enfrenten a «decisiones que marcan la diferencia entre la seguridad o el desastre para
miles de millones de personas».
Mientras tanto, los científicos del clima reiteran que en
2024 ya se han alcanzado 1,5 grados centígrados por
encima de las temperaturas preindustriales. Un límite
que el Acuerdo de París pretendía no superar a finales
de siglo. ¡Realmente no se entiende cómo esto no sus-
cita soluciones drásticas por parte de quienes nos go-
biernan y están hoy en la mesa de negociaciones de
Bakú!
En los últimos días, los dos mayores contaminadores
del planeta -Estados Unidos y China- han confirmado
sus compromisos conjuntos para reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero distintos del CO2, dan-
do un raro ejemplo de colaboración entre Estados riva-
les.
Estados Unidos también ha firmado un nuevo acuerdo
con el Reino Unido para colaborar en la nueva genera-
ción nuclear, que los científicos no dudan en calificar de
energía limpia del futuro.
Pero no es menos cierto que los resultados de las elec-
ciones estadounidenses siguen pesando como una losa
aquí en Bakú, y es de esperar que los negociadores no
los utilicen como coartada para eludir sus responsabili-
dades, como ya ha hecho Argentina.
También es muy significativo el llamamiento que hizo
en la conferencia el presidente de Cop29, Mukhtar Babayev, refiriéndose al G20 que se celebraba al mismo tiempo en el lejano Brasil: «Los países del G20 representan el 85% del PIB mundial y el 80% de las emisiones globales.
Su liderazgo es esencial para avanzar en todos los aspectos del Acuerdo de París, desde la financiación hasta la mitigación y la adaptación. No po-
demos tener éxito sin ellos. El G20 debe enviar una señal positiva sobre su compromiso inmediato para hacer frente a la crisis climática. Queremos que proporcione un mandato claro que llevar a la COP29. Tiene la opor-
tunidad de demostrar su liderazgo».
Y desde el país amazónico se hicieron eco de las declaraciones del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien pidió a los líderes del G20 que ‘den ejemplo de civilización encontrando compromisos para
salvar la Cop29’.
En resumen, un grito de alarma se eleva con fuerza
desde Bakú. Las voces de quienes esperan un resulta-
do positivo de esta Cop -llamada a encontrar los recur-
sos económicos para salvar a la humanidad del peligro
de una naturaleza que se rebela contra nuestros mode-
los depredadores de desarrollo- se con-
vierten en un llamamiento a los pocos
hombres de quienes depende el futuro
de la humanidad.
(vaticannews.va) 20/11/2024