España (y en especial el sur) se desertifica -- Leandro Sequeiros. Geólogo y presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta)

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Fuente: Amerindia
Se pierde el suelo fértil por la sequía y el mal uso de los recursos, en especial, de agua
El lunes 17 de junio se hace memoria en todo el mundo, por indicación de la ONU; de una de las amenazas a la vida en nuestro planeta:
la desertización y la desetificación de las tierras debido a la sequía y al mal uso de los recursos del agua

El cambio climático provoca sequías y desertización. El mal uso de la tierra cultivable general pobreza y desertificación (pérdida de tierra fértil por mal uso agrícola). Según los datos oficiales, las pérdidas medias de tierra fértil en los suelos agrícolas por efecto de la desertización y de la desertificación en algunas provincias como Barcelona o Málaga se sitúan en torno a las 90 toneladas por hectárea y por año.

Y en otras, como Castellón, Jaén, Girona, Córdoba, Almería y Granada, ese indicador de desertización se encuentra entre 40 y 50 toneladas por hectárea y por año.
Desde el año 1995, el 17 de junio es un día para ser conscientes de
que grandes extensiones de nuestro planeta, debido al cambio climático y
al mal uso humano del suelo, se desertiza y se desertifica. La desertificación ? debido al impacto humano – se define como el conjunto de procesos que conducen a la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas como resultado de la interacción de las variaciones climáticas y actuaciones humanas adversas para el medio (Convenio de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, 1994).

El documento, todavía en fase de borrador, del Plan Nacional de
Lucha contra la Desertificación en España explica, negro sobre blanco, un
escenario muy delicado para la provincia de Granada. Según se recoge en
este documento, publicado el pasado mes de abril, ?las zonas identificadas
con mayor riesgo?? de sufrir este fenómeno de desertificación cuentan con
distintos factores, por un lado ?biofísicos?? y por otro ?socioeconómicos??.

Granada es una de las provincias donde se dan estos condicionantes.
Entre los primeros están ?la alta concentración de salinidad, la baja
precipitación anual y los suelos frágiles y pobres propensos a la degradación y la sequía??. En cuanto a los factores socioeconómicos, que concurren para que Granada sea una de las zonas con ?mayor riesgo??, están ?la baja densidad de población en la zona rural de montaña, la urbanización
acelerada y procesos antrópicos??.

El documento explica que ?el mantenimiento de una tierra sana
asegura la producción sostenible de alimentos, mitiga los efectos negativos
de eventos hidrológicos extremos como sequías e inundaciones?? y destaca
que la desertificación es ?uno de los mayores problemas ambientales a
escala global??.

La sequía y los incendios, junto a otros factores, se analizan en este
documento, que ha estado en información pública hasta el 24 de mayo
dentro de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación del
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Uno de los
elementos del documento es la educación ciudadana: en el planeta Tierra el
agua potable es un recurso limitado y escaso que hay que administrar con
responsabilidad, tanto para el consumo animal y humano, como para la
agricultura y la industria.

Los documentos de la ONU consideran que la desertificación es el
resultado de una permanente degradación de los suelos, ocasionado por
una constante desforestación de los bosques, la salinización, la falta de agua y una sobreexplotación de los acuíferos, que por lo general es producida por el mal uso del agua en las distintas actividades económicas que lleva a cabo el hombre en distintas partes del mundo.

Por otro lado, la sequía representa un cambio o anomalía del clima,
que ocurre cuando los niveles del agua están muy por debajo de lo que
corresponde en una determinada área geográfica, afectando
considerablemente a todas las especies que crecen y se desarrollan en
dichas áreas. La principal causa radica en la ausencia de precipitaciones.

La degradación de los suelos de labor agrícola en distintas regiones
del mundo, se produce como consecuencia de las continuas actividades
humanas que cada día se llevan a cabo para diferentes fines y que
lamentablemente han dañado grandes áreas geográficas, lo cual ha
provocado erosión, salinización, agotamiento de los acuíferos y pérdida de
nutrientes de los suelos.

Por esta razón, hoy más que nunca se requiere la adopción de
políticas de estado que ayuden neutralizar la degradación de los suelos y
donde todos los organismos involucrados asuman el compromiso para el logro de este objetivo que garantice el disfrute de todos los recursos que la
madre naturaleza nos brinda.

La campaña de sensibilización sobre desertificación para el 2024
propuesta por la ONU se centrará este año en el futuro de la gestión de
tierras. Cada segundo, se degrada un área de tierras sanas equivalente a
cuatro campos de fútbol, lo que suma 100 millones de hectáreas cada año,
una extensión del tamaño de Egipto.

Implicar a las generaciones presentes y futuras es más importante que
nunca para detener e invertir estas alarmantes tendencias y cumplir los
compromisos mundiales de restaurar 1.000 millones de hectáreas de tierras
degradadas para 2030. Este año, el Día Mundial de Lucha contra la
Desertificación y la Sequía se celebrará bajo el lema ?Unidos por la tierra:
Nuestro legado. Nuestro futuro?. El objetivo es movilizar a todos los sectores de la sociedad en favor de la gestión sostenible de tierras.

El 17 de junio de 2024 también marcará el 30 aniversario de la Convención
de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), con
sede en Bonn. La CNLUD es el único tratado internacional jurídicamente
vinculante sobre la gestión de tierras y una de las tres Convenciones de Río junto con las de cambio climático y biodiversidad.

Ibrahim Thiaw, Secretario Ejecutivo de la CNULD, ha declarado: «hasta
el 40% de las tierras del mundo están degradadas, lo que afecta a más de la
mitad de la humanidad. Sin embargo, las soluciones están a nuestro alcance.
Recuperar tierras saca a las personas de la pobreza y aumenta su resiliencia al cambio climático. Es hora de unirnos y sacar una tarjeta roja a la pérdida y degradación de tierras en todo el mundo».