Las ‘minorías abrahámicas’ de Helder Camara -- Eduardo Hoornaert

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Amerindia

En 1962, Dom Helder Camara, el más intuitivo de los obispos católicos de los últimos tiempos, participa en la inmensa procesión de obispos y cardenales en la ceremonia de apertura del Concilio Vaticano II y ve cómo el color rojo de la sotana de los cardenales brilla con intensa resplandor en la inmensa Basílica de San Pedro. Le parece que las impresionantes estatuas de santos, papas y obispos, sobre sus cabezas, y las inmensas columnas torneadas de Bernini con la cúpula de 164 metros de altura, caen sobre su cabeza. De repente ve al emperador Constantino galopando por la Basílica, montado en un caballo de fuego. Ver noticia original en …