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Los resultados de las elecciones gallegas han sido francamente malos para la izquierda. Aun teniendo en cuenta el tradicional conservadurismo de la sociedad gallega, la demonización de Pedro Sánchez que los medios de la derecha llevan largos meses haciendo, y el sinsentido de Podemos al presentarse ellos solos a las elecciones, no se puede negar al grave fracaso de la izquierda. Los partidos del gobierno de coalición sólo han conseguido 9 de los 75 escaños en juego.
Me parece evidente que esto obliga a una seria autocrítica de los grupos de izquierda y a una reflexión profunda sobre los caminos a seguir. En mi opinión esto es algo pendiente desde el hundimiento da la Unión Soviética. En aquel entones lo dijo Julio Anguita en su discurso en la fiesta del partido comunista, pero me parece que se le ha hecho muy poco caso. Simplemente se ha dado por hecho que la revolución era imposible, y lo único factible era luchar para que la vida de la gente fuera suficientemente satisfactoria, aunque fuera en un sistema capitalista. Vamos, conseguir un capitalismo bueno.
Misión imposible. Si durante algún tiempo se consiguió un cierto Estado de Bienestar, fue sólo para una parte de la humanidad y grandes masas seguían en una situación de graves penurias. El capitalismo es un sistema inmoral y demencial. Fomenta el individualismo egoísta y una competitividad sin piedad. Promueve un continuo crecimiento económico, lo cual, en un planeta de recursos limitados, lleva a un colapso seguro.
El siglo pasado se luchó ardientemente por la superación del capitalismo, pero, a pesar de algunos éxitos momentáneos, se perdió la batalla, y no se ven fuerzas importantes que sigan con la aspiración de superar el capitalismo, como si el perder una batalla le diera la razón al adversario. Lo que habría que analizar es si la lucha estuvo bien planteada. Muchas enfermedades, por ejemplo la tuberculosis, han causado estragos a lo largo de la historia a pesar de todos los remedios usados para curarlas. Pero no se vio la tuberculosis como algo incurable. Se siguió trabajando en nuevas formas de combatirla, y hoy la tuberculosis es una enfermedad que se puede prevenir y curar
El capitalismo es una enfermedad para la humanidad, y los esfuerzos para erradicarlo hasta ahora han sido inútiles. En el siglo pasado se partió de las tesis de Marx para combatirlo. Marx realizo una crítica muy profunda y acertada del capitalismo, pero, a mi modo de ver, no acertó en la forma de construir una alternativa. Partiendo de un materialismo radical planteó la teoría de un socialismo ?científico??, sin tener en cuenta que los seres humanos se rigen por algo más que por las leyes de la naturaleza.
Marx rechazó el socialismo ?ético?? como un idealismo pernicioso, e impulsó el socialismo ?científico??. Pero en el campo de la ciencia, las teorías hay que comprobarlas en la realidad, con los experimentos necesarios para ver si son ciertas o no. Se trató de llevar a la realidad el socialismo ?científico??, y se vio que el resultado era un fracaso rotundo.
Ese fracaso ha impactado de tal modo en las fuerzas que aspiraban a la superación del capitalismo, que parecen haber quedado noqueadas, y conformarse con el objetivo del ?capitalismo bueno??. Pero eso es una quimera irrealizable. La naturaleza ya nos está avisando de que la civilización capitalista es incompatible con la conservación de un medio ambiente que permita el normal desarrollo de la humanidad.
Pienso que habría que retomar ese socialismo ?ético?? despreciado por Marx. Apelar al sentido moral de los seres humanos y a su inteligencia, que nos haga ver la necesidad de tomar en serio las advertencias de los científicos, que nos avisan claramente de que el modo de vida capitalista es insostenible en nuestro limitado planeta.