Situación incendiaria en el Este de la República Democrática del Congo -- José Carlos Rodríguez

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Religión Digital

La situación en el Este de la República Democrática del Congo se agrava cada día que pasa en medio de la indiferencia de la comunidad internacional. Los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), del general tutsi Laurent Nkunda, han tomado durante los últimos días las estratégicas ciudades de Rumangabo y Kibumba, y amenaza con caer sobre Goma, la capital del Kivu Norte. Desde que comenzó esta nueva ofensiva rebelde 200.000 personas han huido de sus hogares y se han añadido al millón de desplazados internos que ya existían. Muchos de ellos están severamente desnutridos y se han dado ya casos de personas que han muerto de hambre.

El Este de la República Democrática del Congo ha sido escenario de dos crueles guerras, entre 1997 y 2003, que causaron cuatro millones de muertos. La región del Kivu tiene grandes yacimientos de oro, diamantes y el preciado coltan (indispensable en la fabricación de teléfonos móviles y videoconsolas). Estas riquezas naturales ?desde hace años transportadas a Ruanda y Uganda, desde donde salen para Europa y Estados Unidos- están en el transfondo de estas guerras que vuelven a empezar.

Al frente del CNDP está el general tutsi Laurent Nkunda, quien durante muchos años fue oficial del Frente Patriótico Ruandés, el ejército del dictador Paul Kagame en Ruanda. Aunque el gobierno de Ruanda niega que esté apoyando a Nkunda, multitud de testimonios sobre el terreno niegan esta versión oficial. Nkunda dice estar defendiendo a los tutsis del Este del Congo (conocidos como banyamulenge). A pesar de un acuerdo de paz firmado en Goma en enero pasado, Nkunda se ha negado a desarmar a sus tropas poniendo como pretexto la presencia de rebeldes Hutu ruandeses en la zona, quienes ?según él- estarían actuando en alianza con el ejército congoleño. La comunidad internacional no ha presionado a Ruanda para aceptar una comisión independiente de investigación que podría verificar si es cierto que no apoya a los rebeldes de Nkunda.

El gobierno de Kagame ?quien recibe incluso premios internacionales a los derechos humanos y el buen gobierno- recibe generosas ayudas de países occidentales como Estados Unidos, Alemania e Inglaterra. En el fondo, no interesa que se conozca lo que está ocurriendo en el Kivu Norte porque pondría en evidencia el papel de las potencias occidentales que apoyan a Kagame, el verdadero poder en la sombra en esta región.

Otras ciudades estratégicas como Rutshuru y Rubare están amenazadas también por el avance rebelde y caerán pronto. A pesar de que Naciones Unidas cuenta en el Congo con 17.000 tropas en misión de paz (conocidas como MONUC), la fuerza multinacional más grande que tiene desplegada en todo el mundo, están haciendo muy poco por controlar la situación, en parte porque los rebeldes operan en pequeños grupos, lo que hace difícil su localización.

El domingo pasado cientos de enfurecidos residentes de Goma atacaron las oficinas de Naciones Unidas y quemaron varios vehículos, protestando así por lo que ven como una protección muy insifuciente. La situación es tan grave que el general español Fernando Díaz de Villegas, apenas recién nombrado como comandante en jefe de la MONUC, ha dimitido como protesta por la falta de medios para hacer frente a la situación.

Pero esta situación incendiaria no se limita al Kivu Norte. Unos cientos de kilómetros más al Norte, en la también región congoleña del Ituri las milicias Hema (grupo étnico emparentado con los banyamulenge) lleva varias semanas aterrorizando a la población en los alrededores de Bunia, y sus comandantes están llevando a cabo un reclutamiento masivo de niños, muchos de los cuales ya estuvieron a la fuerza en sus filas hace pocos años. El jefe de las milicias Hema, Thomas Lubanga, fue detenido el año pasado y llevado a la Corte Penal Internacional en La Haya, acusado de crímenes contra la humanidad. Su lugarteniente John Bosco Ntaganda, conocido como Terminador, es ahora el líder de este grupo armado, que tiene vínculos directos con los rebeldes del CNDP de Nkunda.

Y como si no fuera suficiente, aún más al norte los rebeldes ugandeses del LRA de Joseph Kony siembran el terror, incendian aldeas y misiones, y secuestran a niños en la región de Dungu.

Los millones de seres inocentes del Este de la República Democrática del Congo necesitan ayuda humanitaria, y sobre todo que se detenga esta nueva guerra. Todos podemos hacer algo por que se conozca esta situación trágica. Por lo menos, cuando las cosas empeoren, que nadie diga una vez más que no sabíamos nada.

Desde mi humilde blog, les animo a que aporten su granito de arena, y si quieren ayudar para socorrer la población contacten con los Salesianos, quienes tienen un centro en Goma donde ayudan a miles de niños víctimas de la guerra (sobre todo el heróico sacerdote venezolano padre Mario Pérez). O contacten con los Misioneros Combonianos, que están presentes en la región de Dungu. A pesar del riesgo, ellos sí ayudan a la población más vulnerable.