Enviado a la página web de Redes Cristianas
Frente a la crisis generalizada que atraviesa nuestro país, debemos regresar a criterios fundamentales para asentarnos en bases sólidas que nos permitan encauzar la convivencia ciudadana hacia rumbos satisfactorios. La ola de violencia que nos azota la venimos permitiendo desde decenios, al dejar que la droga se riegue por todas partes??
Tenemos que descubrir que la causa principal proviene del sistema de organización social que no logramos ni controlar ni desterrar: el sistema capitalista que se nos impone desde fuera con la complicidad maliciosa de las mal llamadas élites nacionales que sólo buscan sus beneficios personales y financieros. Tenemos que darnos cuenta que no vamos a salir de la actual situación sin un común despertar nacional que nos conduzca a refundar la patria.
La redacción, hace 15 años, de una nueva Constitución fue un paso acertado, porque se movilizaron y participaron las fuerzas vivas de todo el país: 1,500 grupos dieron sus aportes y se logró una Constitución muy avanzada. Pero la perversidad de los grandes medios de comunicación cuyos propietarios son los mismos que utilizan el país en beneficio propio, archivaron estas propuestas constitucionales para hacernos regresar al Ecuador del siglo pasado. Ahora, gentes de esa misma clase social nos dicen que las últimas elecciones presidenciales fueron fraudulentes. Se burla descaradamente las opiniones y opciones de la gran mayoría de los ecuatorianos. El cansancio, la pobreza y el desempleo constantes y crecientes nos han llevado a la situación en que nos encontramos.
Las protestas sectoriales son insuficientes. La policía y las fuerzas armadas usan una violencia desmedida contra los manifestantes, mayoritariamente pacíficos, que reclaman derechos elementales. ¡Que 7 personas adultas sobre 10 no tienen empleo asalariado es un escándalo mayúsculo que nos arrastra a la autodestrucción! Hemos perdido el sentido esencial del ser humanos: somos seres de relaciones y sólo mediante relaciones sólidas y duraderas podremos salir del atolladero en que nos quieren mantener encerrados. Pero todavía estamos lejos de esta conciencia y decisión.
El gobierno ha colapsado: los últimos acontecimientos lo demuestran. La policía que debe proteger a los ciudadanos, se hace cómplice de un asesinato en su mayor institución, de la desaparición del cadáver y de la fuga del autor?? La corrupción policial ha llegado al tope con un ministro que busca encubrir los hechos y desviar la atención?? Mientras tanto otros policías buscaban ingresar armamento en el centro carcelario de Latacunga para la preparación de otra matanza entre presos?? Allí tenemos la respuesta al preguntarnos quién organiza la actual situación infernal de nuestro país. Nos quedamos con la inquietud en boca de una vecina: ?¿Cuándo nos va a desaparecer la policía???
El camino seguro comienza por cada una y cada uno de nosotros: volver a multiplicar las buenas relaciones entre nosotros para construir comunidades fraternas allí donde viviremos en paz. Si no nos convencemos de esta necesidad, vamos a ir de mal en peor: ¿Cuándo la próxima asesinada desaparecida? ¿Cuándo la próxima desaparecida? ¿Cuándo el próximo muerto por sicarios? ¿Cuándo el próximo suicidio de un joven desesperado? Esta decisión individual de convivialidad es indispensable para comenzar un nuevo futuro.
La familia tiene que ser el primer lugar de aprendizaje de las buenas relaciones. Todos nacemos de una relación que suponemos amorosa. Luego hacemos un recorrido de 9 meses en el seno de nuestra madre que nos va tejiendo gracias la relación interior más íntima. Después vienen muchos años de relaciones constantes que nos permiten comer, caminar, expresarnos, ser independientes. La educación formal ocupa caso 10 años de relaciones de compañerismo y de compartir de experiencias y saberes?? Las religiones que buscan humanizarnos y hermanarnos, se han vuelto un gran negocio con Dios y sus representantes.
La contradicción mortal es que, cuando llegamos a ser profesionales, nos volvemos individualistas, indiferentes, agresivos, competidores, egoístas?? Entramos en el infierno de las relaciones negativas y destructoras. La primera víctima de esta situación somos cada uno de nosotros y nosotras?? porque sufrimos la violencia fomentamos, acaparamos cosas y bienes que no dejan insatisfechos, creamos nuestra propia soledad al marginar a los que son más débiles que nosotros, los explotamos y oprimimos: Asi preparamos inconscientemente a los corruptos y a los asesinos?? que hoy han tomado, los unos, las instituciones estatales y, los otros, las calles y los barrios para hacer de nuestras ciudades un gran cementerio de dolor y de muerte.
Los y las que no nos organizamos en grupos de vecinos, en asociaciones de amigos, en comunidades de creyentes, nos hacemos cómplices y encubridores de la situación de violencia que estamos padeciendo. ?No hagas a otro el mal que no quieres que te hagan a ti mismo?? o ?Amarás a tu prójimo como a ti mismos??, nos dicen todas las grandes religiones?? Es decir: ?Construirás relaciones de convivialidad, de amistad, de amor, de fe, de alegría, de compartir, de participación??? De eso está hecha la vida digna?? pero parece que muchos no queremos ni eso?? porque no estamos convencidos que ?la vida se acrecienta dándola y se debilita en la comodidad y el aislamiento?. ¡Ayudémonos a ser personas constructoras de verdaderas relaciones humanas!