Ecos de los encuentros de jóvenes -- Al final del verano, un paseo

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Taizé

A finales de este verano resuenan todavía en la colina los intercambios en tantos idiomas. En la oración común reconocemos hasta una lectura en chino y en los cantos en holandés, nos anuncian la realidad plurilingüística de la ciudad de Bruselas, que acogerá a finales del año el próximo encuentro europeo.

Entre los felices acontecimientos estuvo primero el compromiso para toda la vida del hermano Leandro, de Argentina. Además, un joven español vasco entró en la comunidad a finales del agosto. Para muchos de los jóvenes presentes es impresionante poder acompañar a través la oración común estas decisiones que conciernen a toda la existencia.

De este apoyo mutuo en la fe, el hermano Alois habló a la ocasión de una de sus meditaciones de los jueves por la tarde: ?Después de una estancia aquí, muchos se hacen la pregunta: ¿Cómo profundizar una comunión con Dios de vuelta en la vida diaria? Vemos que cada vez más jóvenes, en particular en Europa, tienen el sentimiento de estar demasiado solos en su búsqueda de Dios. Tened el coraje, hasta entre amigos, de hablar de la fe. Un apoyo mutuo es indispensable para seguir adelante??.
La preocupación de la vuelta a casa, a las parroquias y a los barrios estuvo también al centro de los intercambios con Monseñor Claude Dagens, obispo de Angoulême. ?l formó parte de los responsables de Iglesia que visitaron la colina estos últimos días, como Monseñor Jean-Pierre Bassene, de Kolda, en Senegal.

En los encuentros regionales

En el curso de este verano, en el momento del encuentro que una vez a la semana reúne a todos los que vienen del mismo país, los jóvenes de Serbia compartieron sobre su experiencia a Taizé y sobre la vuelta a casa. Entre otras preguntas, los jóvenes se interrogaron: ¿Cómo una estancia sobre la colina puede ayudar a realizar en su casa las esperanzas expresadas? He aquí algunas de sus respuestas: ?Vivir siete días con jóvenes de diferentes países y culturas rezando, buscando la paz interior e intercambiando afirma la fe en Dios y también la confianza en nosotros mismos(as). Asumir responsabilidades en el marco de los encuentros aprende a guardar la paz del corazón, a tener paciencia y amor, a ser solidario con los demás. La sencillez y el deseo de vivir según el Evangelio son las características de Taizé que ayudan a descubrir dimensiones profundas de la vida en lugar de fijarse en la superficie de las cosas y en los valores materiales. Una estancia aquí nos ofrece otra mirada sobre el mundo que ayuda a hacer frente a los problemas que surgen??.

Una semana con los 25 – 35 años

Cada semana del verano un tema de reflexión se nutre de la Carta de Cochabamba escrita por el hermano Alois. Un grupo reúne a los jóvenes que tienen entre 25 y 35 años, en el cual participó Géraldine, de Francia: ?Después de la introducción bíblica dada por el hermano, nos hemos repartido en pequeños grupos. Pero como de costumbre, hacerse comprender en una lengua que no es la suya es un gran desafío Un sentimiento ligero de frustración puede invadirnos cuando las palabras nos faltan. Pero gracias a la gran paciencia de unos y otros, las ideas acaban por expresarse. Y nos damos cuenta que a pesar de las diferencias de origen, de creencia, de trayecto de vida, resulta que alguien siempre se hace las mismas preguntas.