En su reciente viaje a Australia, el Papa anunció, para gran regocijo y alegría del Cardenal Rouco entre otros, que el próximo encuentro de la Juventud será en 2010 y se celebrará en España, más concretamente en Madrid. En los días siguientes pudimos escuchar al Cardenal Rouco decir que esperaba contar con la colaboración del gobierno para la organización de este evento. A algunas y algunos nos hubiera gustado escuchar que contaba con la participación de todos los católicos para esta organización, pero una vez más sólo un sector de la iglesia católica se verá representado en este tipo de viajes que por cierto, muchos nos interrogamos sobre el valor de los mismo y la necesidad de toda la parafernalia que se utiliza en su organización.
Pero la pregunta que hoy nos hacemos es otra. ¿Qué Iglesia es la que Benedicto XVI se va a encontrar cuando venga a España? ¿Será la misma Iglesia de privilegios que venimos viviendo como herencia del nacional catolicismo y que se selló con los Acuerdos de 1979 del Estado español con la Santa Sede, o por el contrario se habrá acogido al derecho civil que regula la vida asociativa en el Estado? ¿Se encontrará con la presencia y actuaciones de los poderes políticos en ceremonias religiosas y con la jerarquía religiosa participando en actos políticos, o habremos conseguido para entonces un ?pacto por la laicidad?? que regule todas estas presencias y actuaciones? ¿Seguirá entonces la Conferencia Episcopal manteniendo en su principal emisora de radio, la Cadena COPE, su línea dura y de falta de respeto a los derechos de los ciudadanos o habrá oído para el 2010 las repetidas voces pidiendo una solución a éste abuso del derecho de la libertad de expresión?
Porque creemos que la Iglesia que Benedicto XVI debería ser muy distinta a la que hoy tenemos en nuestro país, firmamos y apoyemos todas las peticiones que, desde Redes Cristianas, se hacen en el Manifiesto por la Laicidad