Enviado a la página web de Redes Cristianas
Querida Elvirina,
Recién llegada a Gijón en el año 1975, empecé a oír hablar de ti a mi marido que me contaba con admiración y respeto la defensa de la justicia que ejercía, en la entonces llamada Residencia, un grupo de mujeres valientes y comprometidas en el que -por supuesto- estabas tú, Javiera, Enedina, las hermanas Moro y, seguramente, otras per-sonas cuyos nombres ya no recuerdo.
Pero el tuyo me quedó grabado desde el primer día.
Era conocida por todos tu defensa de los derechos de los trabajadores que recurrían a ti porque sabían que tú meterías el cuerpo hasta donde fuera necesario para ayudarlos.elvira
Me acuerdo de la situación del personal de lavandería y de cómo obligaste al entonces gerente a ir contigo a ver en qué condiciones trabajaban.
Yo no te conocía personalmente pero Juan te trajo a casa en los relatos diarios de la vida en el Hospital de Cabueñes.
Tuve mi primer encuentro contigo en un preoperatorio. Tú te encargabas de co-ordinar las diferentes pruebas que hay que hacer. Pero lo hacías de una manera tan especial… Era como si nos trataras de manera personal, no como un número y te die-ras cuenta de que teníamos miedo y estábamos preocupados por la intervención que íbamos a pasar.
También recuerdo tu incansable lucha por conseguir el Centro de Salud de Zarracina. Sin dejarlo ni un solo día. Sin desánimo…
Y lo lográsteis.
Tu entrega total a la Sanidad Pública que tanto debe a personas como tú.
Espero que lo reconozcan públicamente aunque sea a título póstumo…
Dejo para el final mi experiencia en la Comunidad de Cristianos de Base del Bibio. ¡Cómo me impresionaba formar parte de ese grupo en el que estabas tú y otras personas cuyo compromiso y valía, conocía!
Pero especialmente tú… Entregada, coherente, profunda y muy, muy cariñosa. Con qué cuidado preparabas las Eucaristías y los cantos?? Y qué ricas tus reflexiones sobre los textos elegidos…
Cuánto te debo, Elvirina…
Ha sido un privilegio compartir contigo una parte del camino. Tu compañía me ha ayudado a avanzar y me ha hecho mejor persona.
Se que estás en plenitud y allí me gustaría reencontrarte.
Con todo mi cariño.
Beatriz.