Si miramos con detención de los relatos evangélicos de la Resurrección de Jesús, podemos constatar un motivo teológico que aparece con frecuencia: Jesús realiza gestos y acciones con sus manos. En Lucas 24,30 Jesús toma el pan y lo reparte; en Lucas 24,39 muestra las manos y los pies a los asustados discípulos y luego en el versículo 42 toma un pez asado y lo come. En la Ascensión, narrada por Lucas, Jesús alza las manos y bendice a los discípulos (Lucas 24,50). En el Evangelio de Juan (Juan 20,19), muestra las manos y el costado y, ocho días después de la Resurrección, Jesús y en el diálogo con Tomás, muestra sus manos al discípulo incrédulo y le invita a poner sus manos en las heridas (Juan 19,27).··· Ver noticia ···
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