Quizá hubiese sido mejor un titular que resalte la necesidad de descubrir y seguir a los profetas de nuestro tiempo, pero un titular es algo más breve. Al menos lo destacamos al principio, cuando no pocos leen los textos proféticos bíblicos como sobre una pátina de alcanfor propia de un ropaje antiguo cuando sus mensajes son atemporales. Lo cierto es que algo fuerte expresan para que, por ejemplo del profeta Jeremías, los príncipes dijeran al rey: ?Muera ese Jeremías, porque desmoraliza a los soldados que quedan en la ciudad y a todo el pueblo, con semejantes discursos?? (Jer 38,4).··· Ver noticia ···
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