Balar por balar -- Pedro Serrano (Valladolid)

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Enviado a la página web de Redes Cristiana

Hay días que uno está convencido de que se puede cambiar el mundo, pero otros, los más, no faltan motivos para perder la fe en la humanidad, en esa especie necia y engreída que se jacta de ser trascendente. Es verdad que somos capaces de épicas memorables, de descubrimientos sorprendentes y de conductas admirables, pero son demasiadas las veces que nos comportamos como un rebaño de ovejas pastando con fruición ajenos a las consecuencias de nuestros actos.

Tan entretenidos andamos en satisfacer deseos soñados, llenar la andorga y en balar por balar que apenas nos queda tiempo para la reflexión. Pocas son las ovejas que no se fían de los los pastores y, de vez en cuando, levantan la cabeza para otear el horizonte y avistar los peligros.

En este tiempo frívolo y trivial se ha impuesto el pensamiento conformista, bobalicón y gregario donde pocos se preocupan del futuro; como si el porvenir fuera algo totalmente ajeno al resultado de nuestros actos. En este tiempo estulto de devaluación del ser humano y de un vertiginoso deterioro del planeta, estamos más preocupados por salvar el lince ibérico, por poner un ejemplo, que por salvarnos a nosotros mismos como especie. Aunque, bien pensado, ¿qué razones y virtudes nos otorgan esa supuesta preeminencia sobre el lince? ¿Acaso no sería más beneficioso para la salud del planeta que nos extinguiéramos nosotros en vez de que lo hiciera el grácil, sigiloso e inocente félido?

Pedro Serrano. Valladolid