30 ANIVERSARIO DEL MARTIRIO Juan María Escobar

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Koinonia (Tambo)

Comodoro Rivadavia es la ciudad más importante de la provincia de Chubut en la Patagonia argentina y sede de la diócesis comprende todo el territorio de la misma. Como dice una canción de por aquí esta región es «donde América empieza».
A menos de un año de asumir como obispo de Comodoro Rivadavia el Padre
Virginio Bresanelli difundió, en el día de ayer, este comunicado para ser leído en todas las iglesias y capillas de la diócesis.
Juan María Escobar

«Más pudo tu voz que los que te callaron»

30° Aniversario de la muerte de Mons. Enrique Angelelli, «Pastor, Profeta y Mártir» de nuestra Patria

En este 30° Aniversario del martirio de Mons. Enrique Angelelli, como Diócesis de Comodoro Rivadavia, queremos unirnos a toda nuestra Iglesia Argentina y Latinoamericana, para recordar al pastor y profeta que dio la vida por su pueblo, y como consecuencia de su total entrega a los más pobres, padeció la violencia de las sombras. Su vida nos interpela y nos invita a mirar hacia nuestro interior para redescubrir nuestra misión como cristianos en medio del pueblo.

Angelelli fue un hombre que se dejó tomar por el Espíritu y apasionar por el Evangelio. Pastor según el corazón de Dios, con fuertes deseos de santidad y de entrega incondicional a su pueblo. Su corazón sacerdotal adquiere todavía mayor plenitud cuando es nombrado en 1968 Obispo de La Rioja. Acoge en su corazón de padre, sobre todo, a los más pobres, marginados y excluídos. En medio de una espiral de violencia y persecución Mons. Angelelli se convierte en voz de los sin voz. Junto a su profunda y cordial paternidad aparece el profeta y su palabra. Pronunciarla en medio de un país en el que los frutos de la intolerancia eran moneda corriente le fue gestando un duro y progresivo acoso a su acción pastoral. Fruto del mismo es la campaña en contra de su mensaje y de su persona, la suspensión de las misas radiales…

Y se persigue, también, a laicos y sacerdotes. Por eso, ya
no extraña a nadie que el 18 de julio de 1976 se concrete el asesinato de los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias de El Chamical y, ocho días más tarde, el 26 de julio, el ametrallamiento del laico campesino Wenceslao Pedernera de Sañogasta en la puerta de su casa.

Se traslada a El Chamical para presidir los funerales de los
sacerdotes asesinados y poder reunir pruebas. El 4 de agosto lleva consigo una carpeta con las mismas e inicia el regreso para presentarla a la Justicia. Su camioneta es perseguida volcando en Punta de los Llanos. Su cuerpo, muerto con golpes en la nuca, fue encontrado fuera del vehículo.

Hoy sigue vigente su palabra de profeta que anuncia la Buena Noticia y denuncia la injusticia: «En un país de riquezas excepcionales existen regiones donde falta lo más elemental para la subsistencia humana.

Convencidos que estas situaciones se deben a falsas estructuras que
necesariamente han de cambiar, por ejemplo, a una mala distribución de los bienes materiales, no podemos quedarnos tranquilos…» (Misa radial del 1/8/1971)

«La tentación puede llegar a pactar, entregando el precioso don divino de la libertad a algún amo de turno; podemos llegar a no ser solidarios con las esperanzas y tristezas de un pueblo que ya no quiere resignarse: el Cristo de la Pascua no desea un pueblo resignado, sino luchador, para que recobre la vida que Dios Padre le ha dado en plenitud en su Hijo.»(Mensaje Pascual del 21/4/1973)

Hoy, a los 30 años de su martirio, ante la urgencia de un cambio político que tarda en darse, la de una mayor equidad social, la de la satisfacción de las necesidades básicas, la de ausencia de políticas y respuestas a la problemática que plantea la niñez y la adolescencia, la de falta de sueños en nuestros jóvenes, la de un trabajo que dignifique a toda la familia, … la Palabra y la Vida de Mons. Angelelli nos invita al compromiso con las alegrías y las tristezas del pueblo, de ese pueblo pobre por el que se abre paso la vida, con un auténtico sentido eclesial y una más clara coherencia entre fe y vida. Escuchemos otra vez el eco de su voz:

«Tener un oído puesto en el corazón del misterio pascual de Cristo, y el otro en el corazón del pueblo, que debe ser protagonista porque en él va impulsando el Espíritu Santo la historia, haciéndola viva y dinámica, haciéndola siempre joven..»

29 de Julio del 2006 El Obispo y la Iglesia del Chubut