26 al 30 de noviembre: Peregrinación de confianza en Nairobi

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Taizé

En el transcurso del último encuentro de Taizé, celebrado en Ginebra, el hermano Alois anunció: «Continuaremos los encuentros con los jóvenes en otros continentes. Tras Asia y Latinoamérica, iremos a África el año que viene. Del 26 al 30 de noviembre nos acogerán más allá del ecuador, en África oriental, en la ciudad de Nairobi, Kenya». Myriam Otieno vive en Nairobi. Es estudiante en un instituto de formación pastoral para los jóvenes – Tangaza College – y está comprometida en el seno del movimiento de scout. Miembro de la iglesia anglicana pasó el verano de 2007 en Taizé.

Durante el encuentro de Nairobi que se efectuará en noviembre próximo, los participantes serán acogidos en familia. ¿Te parece que es una buena idea?

Miriam: ¡Es una excelente idea! Es justamente esto lo que va a permitir el encuentro, mucho más que si los jóvenes estuviesen alojados en hoteles. Es el contacto humano y personal que puede hacer sobrepasar los perjuicios. Sabes, hay a menudo muchos perjuicios contra África. Seguido gracias a los medios de comunicación y esto nos exaspera. Por ejemplo, cuando yo estaba en Europa, encontré una señora que me dijo francamente que para ella su visión de África es la de un continente asolado por el hambre y el sida. Si ella viniera aquí podría entonces ensanchar su visión de África, abrir los ojos, tomarse el tiempo de escuchar a la gente; ella estaría expuesta a situaciones muy diversas que inevitablemente la harían revisar sus juicios.

Recibí una vez la visita de una muchacha que venía de Europa. Antes de venir a Kenya, tenía ciertas ideas sobre lo que es una casa africana. ¡Quedo estupefacta al ver que no vivía en una cabaña con paredes de arcilla y un techo de paja! Pudo ver también lo que es la vida de una keniata en una gran ciudad. ¡Nosotros también usamos jeans! Ella no podía ni siquiera imaginar esto antes de venir.

Finalmente, hace unos meses, con ocasión de la violencia post-electorale que hirieron profundamente mi país, recibí varios correos electrónicos de amigos de Europa que me preguntaban si iba a refugiarme. Esto me sorprendió. Comprendí su preocupación, y es verdad que la violencia causo de un millar de muertos y ha originado el desplazamiento de centenas de miles de personas que debieron huir sus casas, su región o, a veces, hasta el país, pero al mismo tiempo esto me sorprendió y hasta me chocó porque se pensaba espontáneamente en mí como en una refugiada.

También aquí, entre la gente, hay perjuicios. A propósito del tribalismo, incluso si es verdad que entre la gente que participó en los hechos violentos post- electorales, hubo muchos jóvenes yo creo que en general, no son tanto los jóvenes quienes tienen esta mentalidad sino más bien sus padres. Son los adultos quienes vehiculan los perjuicios contra tal o tal grupo étnico. Por ejemplo, decimos que a la gente de un determinado grupo le encanta ganar dinero o que en tal etnia a la gente les gusta gastar. ¿Pero a quién no le gusta ganar dinero? ¿A quién no le gusta gastarlo? Es tan fácil proyectar sus propios defectos sobre alguien a través de un estereotipo, tomando una etnia como pretexto?? Por supuesto las personas más vulnerables son los niños. En casa, escuchan toda clase de perjuicios que repiten luego con toda la inocencia del mundo. Es por esto que la educación es tan importante, porque es ante todo la escuela que les proporciona a los niños un espacio para discutir y cuestionar las ideas prefabricadas.

Peter y Japhet están ambos ligados a la comunidad católica Saint-John, en Korogocho. Vinieron recientemente para participar en el encuentro organizado por los hermanos de Taizé en Suiza en diciembre último. Al final de una de las oraciones comunes, la de 30 de diciembre, en Ginebra, ellos pudieron anunciarles a todos los participantes allí reunidos la noticia de un encuentro africano, en Kenya, a finales del año 2008.

¿Qué quisieran decirles a los jóvenes que se preparan para venir a Kenya? ¿Acaso hay algo que pudiera ayudarles a prepararse?

Peter: venir y ser uno mismo, sentirse libre. No tener miedo. Venir como un visitante normal. No esperar nada demasiado especial. Aceptar lo que será dado, lo positivo como lo negativo. Tal vez no venir con ideas demasiado fijas sobre las dificultades del país, tomar un poco de distancia con las imágenes transmitidas por los medios. Porque si se retiene sólo las cosas sombrías que dan los medios, uno va a tener miedo por supuesto. Kenya tiene varias facetas. Una de las cosas que impresionará sin duda es el coraje y la determinación de los que se empeñan en vivir a pesar de los desafíos, a veces muy grandes, a los cuales deben hacer frente.

Japhet: Espero ver a muchas personas de diferentes continentes dar un paso hacia un compromiso por una vida de oración. Hay tantos jóvenes que dejan la iglesia. Quizás este encuentro puede ser un estímulo para continuar el compromiso de una vida interior. Espero ver también a jóvenes intercambiar ideas y experiencias que les permitan sostenerse mutuamente, en especial en situaciones y desafíos muy concretos que encuentran en sus regiones y países respectivos.

Que jóvenes demuestren iniciativas de solidaridad puede interpelar a los que, por una razón u otra, prefieren vivir centrados en si mismos, sin contacto con una comunidad, una iglesia o un grupo de personas comprometidas. Estos testimonios les abrirán los ojos sobre realidades que no sospechaban, y así, les ayudará a cambiar su mentalidad.