¿QU? ES LA EXPLOTACI?N SEXUAL COMERCIAL INFANTIL? Guadalupe Cruz Jaimes

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La Explotación Sexual Comercial Infantil (ESCI) es una violación de los derechos elementales de las niñas y niños. Comprende el abuso sexual por parte del adulto y una remuneración económica o en especie, tanto para las y los menores de edad, como para terceras personas. Es también, una forma de coerción y violencia contra la infancia y representa una de las peores formas de esclavitud contemporánea.

Según datos de Unicef, cada año hasta dos millones de menores de edad, niñas la mayoría, son víctimas de esta clase de abusos. La Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional indica que más de 3 millones de niñas y niños son víctimas de este delito en el mundo, de los cuales un tercio tienen entre seis meses y 14 años de edad.

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que al menos un millón de estos menores radican en Centro y Norteamérica.

Este delito contra la integridad de la infancia es considerado la tercera actividad ilícita mundial más redituable, pues reporta ganancias de 10 mil millones de dólares anuales, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM).

En tanto, el Fondo de Naciones Unidas para la Protección de la Infancia señala que la pornografía infantil genera recursos por 7 mil millones de dólares al año.

En México, la Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos estima que anualmente se extravían 20 mil menores de edad, de los cuales la mayoría es víctima de explotación sexual, tráfico de órganos o, en el menor de los casos, son adoptados de manera ilegal por extranjeros.

La clandestinidad característica de esta actividad ilícita y la falta de colaboración y legislación por parte de los gobiernos de los países más afectados, dificulta la erradicación del problema.

La explotación comercial infantil con fines sexuales involucra intereses económicos relacionados con el crimen organizado y tiene que ver con la prostitución, la pornografía y el turismo sexual de niñas, niños y adolescentes, atenta contra la dignidad, identidad y autoestima de los menores.

Conlleva, además, peligros físicos para las niñas y niños que comprenden: maltrato físico, psicológico, tortura e infecciones de transmisión sexual, como VIH/SIDA y la muerte en algunos casos. Las y los menores de edad que ha atravesado por este abuso y atropello de todos sus derechos humanos, corren el riesgo de convertirse en agresores cuando son adultos, señalan especialistas en el tema.

Las niñas, niños y adolescentes más propensos a caer en manos del crimen organizado son quiénes se escapan de casa, los que habitan en un hogar ajeno; los que han quedado huérfanos, los que están en riesgo de perder a su madre o padre por enfermedad, guerra, accidentes, extravío, migración y aquellos que viven en pobreza sin la satisfacción de sus necesidades básicas.

También están en riesgo niñas, niños y jóvenes discapacitados, los que tiene problemas de socialización y los que viven en situación de calle.

Diversos organismos dedicados a la prevención de este delito recomiendan que los programas estén dirigidos a la población que está en riesgo de convertirse en víctima del comercio sexual infantil.

La escuela es un espacio adecuado para informar y aumentar la conciencia sobre esta problemática, señalan, través de materias escolares sobre educación sexual de acuerdo a cada etapa educativa.

La ESCI es una problemática mundial, con distintas variantes: tipos de explotación sexual, de acuerdo al lugar, la forma como es reclutada esta población y los procedimientos que utilizan para retenerla.