El español Adolfo Nicolás, nuevo Prepósito de la orden
La Compañía de Jesús ha elegido hoy en Roma al jesuita español Adolfo Nicolás nuevo Superior General de la orden, en sustitución del Padre Peter-Hans Kolvenbach, que renunció al cargo por razones de edad y tras casi 25 años de servicio. Según diversas fuentes el Padre Nicolás recuerda a Pedro Arrupe, el también español que dirigió la compañía de Jesús y que destacó por su tendencia progresista.
Nicolás Adolfo, será el nuevo Prepósito de los Jesuitas después de que el Padre Kolvenbach, tras obtener el consentimiento del Papa y escuchar a sus consejeros y provinciales, decidiese presentar su renuncia aduciendo su avanzada edad, cercana a los 80 años, y la larga duración de su gobierno, casi 25. Según la informan en su página web los Jesuitas españoles, el Padre Nicolás ha sido hasta ahora Moderador de la Conferencia de Provinciales de Asia Oriental y como tal residía en Filipinas.
El nuevo ‘Papa Negro’
El nuevo ‘Papa Negro’, que es el nombre que recibe el Prepósito de los Jesuitas, debido al gran poder que esta orden ha tenido siempre en la Iglesia católica y a su hábito de color negro, nació en Villamuriel (Palencia) el 29 de abril de 1936. Entró en la Compañía el 15 de septiembre de 1953 en el noviciado de Aranjuez y ha desarrollado su formación entre España, Japón e Italia. En Japón ha vivido un total de 43 años. Este hecho también le asemeja al Padre Arrupe que también vivió un largo periodo en el país asiático.
Por mayoría absoluta
Tal y como establece la normativa, el Padre Nicolás fue elegido por mayoría absoluta. Una vez obtenido el resultado positivo de la votación, el nombre del recién elegido fue comunicado al Papa Benedicto XVI, tras lo que el Padre Kolvenbach leyó en latín el decreto de elección. Antes de la votación, que es secreta, los 217 jesuitas electores habían dedicado cuatro días a las denominadas ‘murmuraciones’, durante las que, además de rezar y meditar, intercambiaron información sobre quién podría ser el próximo Superior, cuya elección se lleva a cabo sin candidaturas ni campañas. El Padre se convierte en el 29 sucesor del fundador, San Ignacio de Loyola. El cargo es de carácter vitalicio, aunque las Constituciones contemplan la posibilidad de renunciar si el General lo considera conveniente y en conciencia.