¿?poca de cambios o cambio de época? (II): la urgencia de los referentes -- ?scar Mateos

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Cristianismo y justicia

¿Por qué tres personas de casi 100 años cada una ?juntas sumarían 285 años- se han convertido en referentes de toda una generación en una crisis de dimensión histórica? ¿Qué le ha pasado a nuestra sociedad para que tres personas que vivieron y sufrieron la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial o regímenes fascistas hayan alzado la voz con tanta urgencia y angustia? ¿Y por qué, nosotros, les hemos conferido tanta credibilidad y autoridad ética y moral?

Hablo, no sólo de Stephan Hessel, me refiero también a José Luis Sampedro, icono de la #spanishrevolution como así se etiquetó en twitter el pasado 16 de mayo de 2011, después de las históricas movilizaciones alentadas por el movimiento Democracia Real Ya; y a Ernesto Sábato, escritor argentino, recientemente fallecido a la edad de 99 años, que supo anticiparse al espíritu del Indignez-vous con escritos como, por ejemplo, La resistencia. Además, a estas voces podríamos añadir estos días la de Arcadi Oliveres o la del fallecido Tony Judt.

La figura de Sampedro ha irrumpido con fuerza al ser el prologuista del propio Hessel. En esas cuatro páginas, este Catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, nacido en Barcelona también en el año 1917, aterriza ese grito angustiado de indignación en la situación española, para recordarnos igualmente que la ciudadanía debe revitalizar con urgencia la democracia. En otro libro de reciente publicación, Reacciona, Sampedro escribe el primer capítulo, unas páginas llenas de intensidad, un testamento vital para toda una generación de jóvenes a los que urge a responder ante el momento histórico que les ha tocado vivir. Para el autor, más que estar ante una crisis económica,

??se trata de una desigualdad de poder, un hecho político que, si no se remedia, provocará crisis ulteriores??si el capital logra evitar los necesarios controles es porque su poder no sólo supera al de los clientes, sino que también es más fuerte que el de los gobiernos.

Para Sampedro, sin embargo, la coyuntura actual ofrece una oportunidad: hacer posible un cambio que vaya

??más allá de la restauración del Estado del Bienestar en retroceso y de la defensa de los derechos conseguidos por nuestros antecesores (??) un cambio profundo que los jóvenes entienden y deberán acometer mejor que los mayores atrapados aún en el pasado.

En lo que, sin duda es una petición de responsabilidad a las generaciones actuales, Sampedro cierra su escrito considerando que

??ha llegado el momento de cambiar el rumbo de la nave. Aunque sus líderes sigan dando órdenes anacrónicas, los jóvenes puestos al remo pueden dirigir la nave. Sólo necesitan unirse y acordar que a una banda boguen hacia delante mientras en la otra cíen hacia atrás y el barco girará en redondo, poniendo proa hacia un desarrollo humano.

En medio de la eclosión de esta pareja de hecho, Hessel-Sampedro, la muerte de Ernesto Sábato hace escasas semanas se ha revelado casi como la reivindicación de una figura y un mensaje que comparte con estos dos contemporáneos la forma y el fondo. Sábato dejó en La resistencia, escrito en el año 2000, un legado cargado del mismo sentido de urgencia y a la vez de esperanza, en el que se susurra esa idea gramsciana de encontrarnos entre el mundo que no acaba de morir y el mundo que no acaba de nacer. Recojo aquí algunos pasajes que me parecen reveladores y que entroncan a la perfección con el espíritu de estos días:

?La historia siempre es novedosa. Por eso, a pesar de las desilusiones y frustraciones acumuladas, no hay motivo para descreer del valor de las gestas cotidianas. Aunque simples y modestas, son las que están generando una nueva narración de la historia, abriendo así un nuevo curso al torrente de la vida.??

?Pero esto exige creación, novedad respecto de lo que estamos viviendo y la creación sólo surge en la libertad y está estrechamente ligada al sentido de la responsabilidad, es el poder que vence al miedo. El hombre de la posmodernidad está encadenado a las comodidades que le procura la técnica, y con frecuencia no se atreve a hundirse en experiencias hondas como el amor o la solidaridad. Pero el ser humano, paradójicamente sólo se salvará si pone su vida en riesgo por el otro hombre, por su prójimo o su vecino, o por los chicos abandonados en el frío de las calles.??

?Hay momentos decisivos en la vida de los pueblos como en la de los hombres. Hoy estamos atravesando uno de ellos con todos los peligros que acarrean; pero toda desgracia tiene su fruto si el hombre es capaz de soportar el infortunio con grandeza, sin claudicar a sus valores??Es un tiempo angustioso y decisivo, como lo fue el pasaje de los días imperiales de Roma al feudalismo, o de la Edad media al capitalismo, pero me atrevería a decir que es más grave porque es absoluto, ya que la vida misma del planeta está en juego??¡Si en vez de alimentar los caldos de la desesperación y de la angustia, nos volcáramos apasionados, revelando un entusiasmo por lo nuevo que exprese la confianza que el hombre puede tener en la vida misma, todo lo contrario de la indiferencia! Dejar de amurallarnos, anhelar un mundo humano y ya estar en camino.??

Hessel, Sampedro y Sábato se han convertido en tres testimonios que abogan por soplar con fuerza hacia otro puerto. Lo dicen desde la experiencia de un siglo XX convulso y próspero a la vez, como hijos también de una modernidad que se manifiesta limitada y contradictoria como nunca y sintonizando plenamente con las nuevas corrientes y los nuevos vientos de cambio. 285 años avalan todo este legado.

??¿?poca de cambios o cambio de época? (I)???