Es la pregunta que me surge del alma ante la situación en que nos ha sumergido un pastor no elegido. Ante la no sintonía con una oveja del rebaño que se le ha encomendado, le insulta, lo reprueba y pide que se lo lleven a otra parte porque es ?agua sucia que contamina a todos??.
¿Tiene esto algún parecido con la parábola de Jesús? ¿Es este prelado el pastor que corre y suda buscando a la oveja que se ha parado en un rincón del pastizal donde ha encontrado manjar de mejor gusto? ¿Es el pastor que, al encontrarla, se alegra, la coge en brazos, la acaricia y se la monta sobre los hombros para que no se canse en el camino de retorno al rebaño?
El delito de Joxe Arregi consiste en haber dado con el meollo de una nueva espiritualidad que la cristiandad actual está pidiendo con urgencia. Queremos conocer mejor a Jesús, lo que dijo, lo que hizo a lo largo de su vida. Para seguirle con alegría, con libertad, con inmenso amor. Para aprender de él cómo es el Padre y cómo ser hijos suyos, que lo somos.
Joxe Arregi ha ayudado a cambiar de vida a miles de cristianos y cristianas, entre las que me cuento, buscadores del verdadero espíritu cristiano que nuestro tiempo nos exige. Al estilo que pide el hoy de la gente. Ni la ciencia ni las artes ni la cultura ni la religión pueden pararse en tiempos remotos. Hoy podemos sacar del evangelio jugos nuevos, alimento apropiado para la vida actual. Y para eso, necesitamos pastores que sepan y nos indiquen dónde están los nuevos pastos. Arregi es uno de ellos y se lo quiere quitar de encima quien precisamente ha venido para aprovechar lo bueno que había en esta diócesis.
¿En qué pastos apacientas el rebaño, Don José Ignacio? ¿En un catecismo obsoleto?
Dínoslo pronto y claro para que podamos tomar nuestras decisiones personales y comunitarias. Porque el tesoro escondido que hemos encontrado nos hace vender todo lo no válido, toda la parafernalia innecesaria para quedarnos con Jesús de Nazaret, su ejemplo de vida sencilla, verdadera, libre, confiada en el Padre y valiente.