Al cristianismo le ha hecho mucho daño a lo largo de los siglos el triunfalismo, la sed de poder y el afán de imponerse a sus adversarios. Todavía hay cristianos que añoran una Iglesia poderosa que llene los templos, conquiste las calles e imponga su religión a la sociedad entera.
Hemos de volver a leer dos pequeñas parábolas en las que Jesús deja claro que la tarea de sus seguidores no es construir una religión poderosa, sino ponerse al servicio del proyecto humanizador del Padre ?el reino de Dios? sembrando pequeñas «semillas» de Evangelio e introduciéndolo en la sociedad como pequeño «fermento» de una vida humana.··· Ver noticia ···
Inicio Revista de prensa espiritualidad Una Iglesia pobre para sembrar semillas de Evangelio -- José Antonio Pagola
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