En casa hemos puesto el Belén. Las cabras de plástico ya desafían la gravedad encaramadas en montañas de corcho, los patos nadan confiados sobre un sólido río de papel de plata y el molino mueve pausadamente las tres aspas que aún conserva. Salvo terremotos imprevistos al golpear accidentalmente el aparador en el que lo montamos (seísmos que cada año dejan tullido a algún personaje), las únicas figuras que se mueven en nuestro Belén son los Reyes Magos. Como manda la tradición, cada día los Magos de Oriente avanzan unos milímetros en dirección al pesebre animados por la energía invisible de manos infantiles; el resto de figuras ya han llegado a sus destinos y esperan pacientes a que sus Majestades Reales completen su camino. ··· Ver noticia ···
Registrarse
¡Bienvenido! Ingresa en tu cuenta
¿Olvidaste tu contraseña? consigue ayuda
Recuperación de contraseña
Recupera tu contraseña
Se te ha enviado una contraseña por correo electrónico.