Entrevista a Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia -- Sara G. Baranda

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El Norte de Castilla

Entrevista a Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia y fundador de Hombre Nuevos
«No soy un gestor, sólo busco los medios para ayudar a los pobres»
El promotor de la misión en Bolivia hace una llamada para que impere la solidaridad a pesar de la crisis
«Con la crisis, las ayudas particulares son menores, pero las instituciones siguen colaborando»
«Bolivia es un país en el que se puede vivir a cualquier hora del día y de la noche sin que pase nada»
«Desde siempre, muchos jóvenes palentinos ejercen el voluntariado durante las vacaciones»

Nicolás Castellanos, que fue durante 13 años obispo de Palencia, lo dejó todo para ser misionero en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, donde preside la fundación Hombres Nuevos. Recientemente fue víctima de un atraco en su prosia casa boliviana.

-Es inevitable preguntarle, ¿cómo vivió el robo?

-Son cosas siempre desagradables, y dentro de esas circustancias me mantuve muy sereno. Los que somos creyentes, siempre tenemos una motivación religiosa, y yo me puse en la manos de Dios: ¡Que sea lo que tú quieras!

-¿La situación de pobreza conlleva a este tipo de actos delictivos?

-Por supuesto que sí. Allí la situación es de pobreza extrema. Bolivia tiene barrios marginales donde el 60% son pobres y el 40% restante viven en la miseria. Bolivia es un país en el que hay cierta seguridad, de hecho, nosotros llevamos diecisiete años con el Plan 3000 y nunca habíamos tenido el menor trastorno y ninguna extorsión. Es un país en el que se puede vivir a cualquier hora del día y de la noche sin que pase nada.

-¿En qué medida le ha afectado la crisis en su misión en Bolivia?

-Ahora, las ayudas son menos, pero a nivel institucional no han bajado, porque me he dado cuenta que Castilla y León, Castilla la Mancha, la Comunidad Valenciana y el Principado de Asturias, que son las que más nos colaboran, lo han seguido haciendo.

-Así que la crisis le está perjudicando….

-Sí, nos está repercutiendo más, especialmente a nivel particular porque ahora llega menos dinero que antes.

-¿ Y considera que el apoyo de las instituciones es suficiente?

-Estoy muy agradecido a todas las instituciones de España. Todo lo que hemos hecho en Bolivia ha sido gracias a ellas. Gracias a todas esas colaboraciones nuestro proyecto ha creado 60 colegios.

-¿Su labor de captación de recursos le está convirtiendo más en un gestor que en un misionero?

-No soy un gestor económico. Yo soy una persona que tengo una opción y una pasión por los pobres e intento buscar todos los medios para devolver la dignidad y el protagonismo a estas personas. Lo que tenemos claro es que nuestra inspiración es Jesús de Nazaret y nuestra misión es llevar la buena noticia del Evangelio.

-Desde que usted se fue a Bolivia, ¿cómo ha evolucionado el voluntariado en Palencia?

-En un principio sólo teníamos voluntarios palentinos. Y ahora, están llegando desde otros países: tres alemanes, un italiano… y unos veinte voluntarios bolivianos implicados en Hombres Nuevos. También hay un sevillano y una chica de León, y los últimos han sido uno de Palencia, de Valladolid y de Tenerife. Pero desde siempre, muchos jóvenes palentinos ejercen el voluntariado durante las vacaciones.

-Recientemente puso en marcha el proyecto de creación de microempresas. ¿Cuántas empresas ha creado ya?

-Oscilan entre 15 y 20. Además, hay dos consultores voluntarios palentinos que están colaborando. Un trabajo muy importante, ya que una vez hechas las escuelas y las universidades, la gente va saliendo promocionada, y el paso siguiente es crear puestos de trabajo para que el boliviano tenga una vida más digna.

-¿Qué es lo que reclama Nicolás Castellanos?

-Seguimos abiertos a cualquier solidaridad. Cuando hablamos de los pobres, no es por deporte, es muy duro ver a un niño que tiene hambre de pan. Entonces no podemos decir, de una manera banal o frívola, que nos llevan el dinero. Los niños no tienen culpa ninguna, y sin embargo tienen carencias, eso sí, nunca pierden la alegría. La solidaridad debe de imperar a pesar de todas las crisis que hay aquí, y siempre hago un llamamiento a esta solidaridad para que los pobres puedan vivir como personas, como lo somos nosotros.

-¿Qué próximos proyectos tiene en mente?

-Ahora estamos terminando un hogar para los hijos de los zafreros -la zafra es el corte de caña de azúcar- que antes realizaban un trabajo de siervos. Otro de los proyectos es la construcción de una casa de la cultura, pero no es como la de aquí, allí es para la alfabetización, enseñar informática, para hacer artesanía.Y también recuperar el arte popular en El Puente, otra comunidad en el departamento de Santa Cruz, gracias al Ayuntamiento y a la Diputación de Palencia. Además, vamos a construir otra guardería.

-Los obispos en España considera que hay un acoso del Gobierno a la Iglesia. ¿Usted considera que ésto es así?

-De España no puedo hablar mucho porque no estoy aquí. No tengo elementos de juicio para opinar de eso porque verdaderamente no lo conozco.

-¿Qué papel desempeña la Iglesia en esta crisis?

-Desde donde estoy, en Bolivia, la Iglesia es la institución de mayor credibilidad. Allí es la voz común de todos los ciudadanos y está muy valorada. En donde vivo, la gente dice que los únicos que están con ellos y que hacen hospitales es la Iglesia.