Nota de Prensa 03-02-2008 ? 23.50
En medio de un ambiente enrarecido, tenso, difícil y lleno de contradicciones por las notas y contra notas de los obispos de la CEE, de la Tarraconense , de los políticos afectados, de los medios de comunicación y de la desorientación general, son de agradecer las palabras de la homilía del abad de Montserrat del domingo, 3 de febrero.
Hacemos el camino de la vida, dice, acompañados por mucha otra gente, mucha de la cual no es creyente, pero hemos aprendido, en la escuela de la Iglesia, que como personas que nos declaramos cristianas, debemos respetar todas las conciencias y también la autonomía de la comunidad política.
Siguiendo las recomendaciones del Vaticano II, continúa el abad, estamos al servicio de la sociedad de la que formamos parte. ?Sabemos que ningún proyecto contingente de carácter sociológico o político, no puede pretender tener la exclusividad de representar al Evangelio??.
El padre abad continúa diciendo que a través del diálogo y de la misericordia hacia una sociedad plural, la Iglesia tiene que proponer de manera serena y atrayente, sin ningún tipo de imposiciones, propuestas de convivencia en sociedad para conseguir hacerla más humana, justa y respetuosa hacia la dignidad y los derechos de cada persona. Trabajar por la paz con convicción tiene que guiar nuestro camino de la ciudad terrena a la ciudad del cielo, acaba diciendo el abad.
Escuchar o leer recomendaciones como éstas llenan el corazón de serenidad y de esperanza y nos ayudan a confiar a que una Iglesia mejor es posible.
Barcelona, 3 de febrero de 2008 Con el ruego de su publicación. Francesc Bragulat Estoy a vuestra disposición para cualquier aclaración. Tel. 609 30 45 77
Traducción: Juan Hernández Jover,con la ayuda del traductor del Instituto Cervantes.