EL CARDENAL RATZINGER CONTRA LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACI?N

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Diversos artículos se han publicado  tras la muerte del Papa emérito Benedicto XVI, artículos que manifiestan las luces y sombras de su pontificado. En este artículo pretendo recordar un hecho capital de cuando Benedicto XVI era el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, nombrado por el Papa Juan Pablo II, desde noviembre de 1981 hasta abril de 2005. Este hecho fue la condena de la Teología de la Liberación, mediante su Instrucción ?Libertatis nuntius. Sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación??, publicada el 6 de agosto de 1984 ([1]) y su postura más benigna, ante la reacción de los teólogos de la Liberación, en otra Instrucción, en 1986..

 

El Cardenal Joseph Ratzinger era el teólogo de cabecera del Papa Juan Pablo II y ambos nunca comprendieron los nuevos caminos de expresión de la fe que habían iniciado las Comunidades Cristianas de Base latinoamericanas, que Gonzalo Gutiérrez y otros teólogos sistematizan posteriormente en la llamada Teología de la Liberación (TL) y que recoge y aprueba la II Conferencia General del Episcopado latinoamericano (CELAM), celebrada en Medellín (Colombia) ([2]).  La preeminencia de la praxis liberadora del oprimido, que la Teología de la Liberación tomó del método marxista, fue motivo para acusarla por el Cardenal Ratzinger  de marxista, señalando  en la Introducción de la misma: ? la atención de los pastores, de los teólogos y de todos los fieles, sobre las desviaciones y los riesgos de desviación, ruinosos para la fe y para la vida cristiana, que implican ciertas formas de teología de la liberación que recurren, de modo insuficientemente crítico, a conceptos tomados de diversas corrientes del pensamiento marxista??.

 

La Instrucción critica especialmente tres principios del pensamiento marxista admitidos, según el Cardenal, por la Teología de la Liberación. El primero se refiere al uso del ?análisis marxista de la realidad?? o del ?análisis científico de las causas estructurales de la miseria??. Para el Cardenal Ratzinger ese análisis científico marxista de la realidad, que utiliza la TL, se basa en supuestos previos o aprioris ideológicos del ?pensamiento de Marx (que) constituyen una concepción totalizante del mundo, en la cual numerosos datos de observación y de análisis descriptivo son integrados en una estructura filosófico-ideológica?? (VII,6). Estos supuestos ideológicos totalizantes no pueden separarse del método de análisis de la realidad (VII,6 y 7). El segundo sería el admitir ?la lucha de clases del Proletariado como motor de la historia??, lo que supone que ?la verdad es verdad de clase, no hay verdad sino en el combate de la clase revolucionaria??, lo que implica a su vez ?que la sociedad está fundada sobre la violencia?? (VIII,5-7). El tercero sería ?la traducción teológica de este núcleo doctrinal??, particularmente la afirmación de que: ?la lucha de clases entendida así divide a la Iglesia y que en función de ella hay que juzgar las realidades

eclesiales» (IX2). De lo que se deduce: ?que no hay más que una sola historia, en la cual no hay que distinguir ya entre historia de la salvación e historia profana» (IX,2). En consecuencia, ?la fe, la esperanza y la caridad reciben un nuevo contenido: ellas son «fidelidad a la historia», «confianza en el futuro», «opción por los pobres»: que es como negarlas en su realidad teologal??. (IX ,5). De todo esto, la Instrucción, reconociendo el mérito de ?las teologías de la liberación?? de haber valorado los grandes textos de los Profetas y del Evangelio sobre la defensa de los pobres, estima que esas teologías ??conducen a un amalgama ruinosa entre el pobre de la Escritura y el proletariado de Marx. Por ello, el sentido cristiano del pobre se pervierte y el combate por los derechos de los pobres se transforma en combate de clase en la perspectiva ideológica de la lucha de clases?? (IX,11).

Por lo mismo, la Instrucción no puede estar de acuerdo con el sentido que la TL da a la ?Iglesia de los pobres??, como ?una Iglesia de clase, que ha tomado conciencia de las necesidades de la

lucha revolucionaria como etapa hacia la liberación y que celebra esta liberación en su liturgia?? (IX,10). Ni tampoco lo que entienden las TL por ?la Iglesia del pueblo (como) una Iglesia de clase, la Iglesia del pueblo oprimido que hay que « concientizar » en vista de la lucha liberadora organizada?? (IX,12). En definitiva, la nueva interpretación de la fe propuesta por la TL que utiliza el marxismo y que abarca el conjunto del misterio cristiano (X,13), se opone a la fe recibida en la iglesia y enseñada por el Magisterio (XI).

 

¿Cuál fue la reacción de los teólogos de la liberación ante su descalificación por la Instrucción del Cardenal Ratzinger y que fue aprobada por Juan Pablo II en la audiencia que concedió al Cardenal (Conclusión)?

 

Ante todo, admiten que la TL utiliza el método marxista , pero sólo como un paso metodológico e instrumental. Así lo dicen los hermanos Boff : ?La Teología de la liberación se sirve del marxismo de modo puramente instrumental. No lo venera como venera a los santos evangelios?? (sino que) utiliza libremente del marxismo algunas ?indicaciones metodológicas? que se han revelado fecundas para la comprensión del mundo de los oprimidos, entre las cuales están: la importancia de los factores económicos; la atención a la lucha de clases; el poder mistificador de las ideologías, incluidas las religiosas. Marx (como cualquier otro marxista) puede sin duda ser compañero de camino, pero jamás podrá ser ?el guía??? ([3]).

 

La TL, por tanto, no es marxista en el sentido que expresa el Prefecto de la Congregación de la doctrina de la fe, para quien existe ?una vinculación necesaria entre el método de análisis marxista y la filosofía marxista?? ([4]) . Esta unidad conceptual es la que se da en el marxismo como materialismo dialéctico, y que recoge Ratzinger al hablar de ?una concepción totalizante del mundo??, al estar los análisis descriptivos ?integrados en una estructura filosófico-ideológica??, (VII,6 y 7). Este marxismo, proveniente de Engels, Stalin y el comunismo soviético, se basa en ciertas leyes científicas y universales, establecidas de una vez para siempre y de las cuales se deduciría la praxis individual en la sociedad. Pero el marxismo que utiliza la TL es el marxismo denominado materialismo histórico del joven Marx (en interpretación de Gramsci, Mariátegui, Sacristán), método de análisis de la sociedad capitalista como una estructura económica que oprime y aliena a las personas y a toda la sociedad, pero este análisis tiene como fin el reto utópico de liberar a toda esta sociedad de la opresión histórica a que está sometida. La TL asume el análisis marxista de la opresión capitalista, pero coincide sobre todo en la práctica de la liberación de la opresión histórica a que se ven sometidos los pueblos subdesarrollados, en particular de la América Latina ([5])

 

Este materialismo histórico asumido instrumentalmente por la TL trata del ser humano relativamente autónomo y libre dentro de la estructura económica capitalista y con capacidad de aspirar al sueño utópico de su liberación (Ernst Bloch). Liberación que nunca se realizará sino en la sociedad socialista, mediante la lucha de clases de los explotados frente a los explotadores. A este sueño utópico, no abstracto, sino concreto y práctico en lo pequeño y en lo grande, es a lo que nos invita tanto el marxismo, como el ?xodo y Jesús de Nazaret. Por ello decían los hermanos Boff, que Marx podría ser compañero de viaje, pero no guía. Este sólo lo es Jesus.

Del mismo modo, la TL se desliga de la ideología atea, sea  constitutiva o no del marxismo, como tampoco defiende la violencia como motor de la historia, sino que afirma que el triunfo de los vencidos no será nunca a costa de la violencia de los vencedores. Así dice Marx: ?Cuando el

proletariado vence no se convierte en una parte que vuelve a dominar absolutamente en todo, ya que solo vence en la medida en que acaba consigo mismo (rompe sus cadenas) y con el contrario (en cuanto forjador de esas cadenas)?? ([6]). La TL pone de manifiesto que esta función es semejante a la que tienen los Anawin, los ?pobres de Yahve?? (2 Cor 8,9) y la kenosis, anonadamiento o el abajarse de Jesús, según Pablo (Fil 2,7-9). El valor del anonadamiento, de la pobreza, de la debilidad de los oprimidos es liberar a todos, a ellos y a los opresores, de sus falsas apariencias, ilusiones y alienaciones y no violentamente, lo que es también una muestra de amor.  Este es el verdadero sentido de la lucha de clases, depurada de sus resonancias violentas y, en tal sentido, la lucha de clases atraviesa también a la Iglesia, en cuanto los pobres, los débiles, la Iglesia popular liberará a los poderosos, a los fuertes, también a la Iglesia jerárquica, del poder de dominación y no de servicio, en que ha caído muchas veces ([7]) .

 

El 22 de marzo de 1986 el Cardenal Ratzinger publicó una segunda Instrucción, titulada: ?Libertatis Conscientia: Sobre Libertad cristiana y Liberación?? ([8]). Cuatro teólogos de la TL, Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino e Ignacio Ellacuría, reaccionaron con una postura de moderado optimismo ante esta nueva instrucción vaticana, porque en ella ya habían desaparecido las condenas sobre la TL. «EI documento –matiza Ellacuría- pretende universalizar el tema de la libertad y de la liberación. Pero el intento se ha hecho, una vez más, desde la cultura europea» ([9]).

 

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Antonio Moreno de la Fuente (pertenece a CCP)

Sevilla 11 de Enero 2023

 

[1]   SAGRADA  CONGREGACI?N PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Instrucción sobre algunos aspectos de la
Teología de la Liberación
. Disponible en: https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19840806_theology-liberation_sp.html

[2]   MORENO DE LA FUENTE, Antonio, COLLADO BRONCANO, Manuel. (Coordinadores). Otra Iglesia es
posible: La Iglesia popular española. Un camino alternativo de fe cristiana (1969-1999)
. Antequera: ExLibric,
2022, pp.36-50.

[3]    BOFF,Leonardo, BOFF, Clodovis. Cómo hacer Teología de la Liberación. Madrid:
Paulinas,1986, p. 61

[4]    TAMAYO ACOSTA, Juan José. Para comprender la Teología de la Liberación. 5ª ed. Estella
(Navarra): Verbo Divino, 2008, p.88.

[5] HARNECKER, Marta.  Los conceptos elementales del materialismo histórico. 22 ed. Madrid: Siglo XXI Editores, 1973, pp. 227-229

[6]   MATE, Reyes. Medianoche en la historia: Comentarios a la tesis de Walter Benjamin ‘Sobre
el concepto de historia’
. 2ª ed. Madrid: Trotta, 2009, p. 89)

[7]   TAMAYO ACOSTA, Juan José. Ob. cit. pp. 85-95.

[8]SAGRADA  CONGREGACI?N PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Libertatis Conscientia: Sobre Libertad cristiana y Liberación. Disponible enhttps://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19860322_freedom-liberation_sp.html

[9]     Cuatro teólogos de la liberación opinan sobre la instrucción vaticana. El Pais 18 de abril 1986. Disponible en: https://elpais.com/diario/1986/04/18/sociedad/514159202_850215.html