DESIGUALDAD ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO

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         Las noticias son cada vez más frecuentes y preocupantes: ?Casi el 100% de la población en España respira niveles nocivos de ozono por el calor severo del cambio climático.?? ?La Amazonía se enfrenta a una sequía sin precedentes que amenaza el equilibrio ambiental global.??  ?Las emisiones de CO2 han alcanzado un nuevo récord en 2023??, etc.  Pero la crisis climática no es igualitaria. Mientras que la huella de carbono de un multimillonario es miles de veces superior a la de un trabajador y el 1 % más rico del planeta es responsable de más del doble de las emisiones de carbono. son los países y clases sociales que menos contaminan los que más sufren sus efectos.

El retroceso acelerado de los glaciares reduce la disponibilidad de agua, produce sequías, que afectan a la producción agrícola y ganadera. Sequías en algunas regiones y grandes inundaciones en otras, incendios y tormentas que afectan en mayor medida a aquellos que tienen menos recursos para protegerse. En América Latina y en amplias zonas africanas los impactos se hacen sentir al mismo tiempo que la precariedad económica se agudiza.

Cada año se produzcan unos 20 millones de desplazados climáticos sin protección jurídica. La mayoría se desplaza en su propio país y se concentran en el Sur Global, pero los países del Norte, responsables principales de la situación, se desentienden y no afrontan las consecuencias de sus propias políticas económicas. Los actuales problemas migratorios son sólo un anuncio de lo que puede llegar a producirse si no se toman medidas

Situaciones-síntoma de un sistema económico que promociona la captura de beneficios por la mercantilización de la vida y la naturaleza, poniendo las personas y los recursos del planeta al servicio del lucro obsceno de unos pocos. Sistema que promociona un estilo de vida obsesivamente consumista, lo que deriva en sobreproducción de mercancías con la lógica sobreexplotación de recursos naturales. Tras décadas de explotación continua, muchos de los recursos naturales se agotan y la degradación medioambiental está alcanzando niveles insoportables.

Particular importancia tienen en este proceso las energías fósiles que aceleran la destrucción del medio ambiente. Las empresas energéticas disponen de muchos recursos para presionar al poder político y los gobiernos, no sólo rebajan las exigencias de reducción de emisiones. sino que subvencionan generosamente con fondos públicos su extracción y comercialización. El mismo Fondo Monetario Internacional denuncia la financiación pública global de los combustibles fósiles. Solo en Europa en 2022 fueron 120.000 millones de dinero público. ?Dejad de financiar la destrucción del planeta?? clamaba la plataforma ecologista ?Alianza por la solidaridad??, tras la COP 28

     Cuanto a los grandes medios que conforman la opinión pública, están en manos de sectores con poderosos intereses económicos y/o políticos, que rechazan la gravedad de la situación o, más aún,  que se enriquecen con las catástrofes climáticas y las pandemias. Sus propuestas constituyen lo que Francisco llama el ?paradigma tecnocrático??: ?pensar como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico. De aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos?? (Laudate Deum. 20-23)

La O.N.U. reconoce como principales responsables a los países más ricos y viene planteando compensar a los países más pobres. Pero sus acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se han establecido mecanismos de control, de revisión y sanciones. Ante la cumbre celebrada en Dubai en diciembre-2023, se planteaban exigencias urgentes: ?Es hora de que el mundo acuerde una acción integradora antes de que sea demasiado tarde??  ?La COP28 debe poner una fecha para terminar con los combustibles fósiles??.

Sin embargo los datos de participación y sus resultados no invitan al optimismo: ?Las petroleras invaden la Cumbre del Clima en la que se discute sobre el fin de los combustibles fósiles??. ?La COP28 es un enjambre de lobistas de los combustibles: asisten casi 2.500, cuatro veces más que el año pasado??. De modo que entre los sectores más conscientes de la situación se ha extendido la opinión de que, una vez más, hemos asistido a discursos verdes, pero decisiones para más petróleo, carbón y agronegocio. 2024 será el año con más elecciones de la historia. La mitad de la población mundial podrá votar en elecciones nacionales o regionales. Ningún programa de justicia climática estará presente en las papeletas.

A pesar de todo, algunas iniciativas se están tomando: En Francia en 2019 se celebraron asambleas ciudadanas que elaboraban medidas para la reducción del 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y en la misma COP28 algunos Estados han planteado un ?Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles??, un plan concreto y vinculante que ponga fin a nuevos proyectos de carbón, petróleo y gas. Ya Colombia, Groenlandia, Dinamarca, España e Irlanda han prohibido cualquier nueva actividad exploratoria de petróleo. Y 2023 fue el primer año de la historia en que España produjo más de la mitad de su energía con fuentes renovables. Por su parte Lula en Brasil ha conseguido reducir la deforestación un 50%.  Arrasar la Amazonía no era inevitable.

Francisco habla de ?Reconfigurar el multilateralismo: Un multilateralismo ?desde abajo?? y no simplemente decidido por las élites del poder económico o por los gobiernos de los países más poderosos. Si los ciudadanos no controlan al poder político ?nacional, regional y municipal?, tampoco es posible un control de los daños ambientales. Un multilateralismo en orden a resolver los problemas reales de la humanidad.?? (Laudate Deum, 37).