Le Monde diplomatique
Han hecho falta dieciocho meses de masacres de civiles y la banalización de la retórica genocida en la cúpula del Estado israelí para que Londres, Ottawa y Bruselas se planteen ejercer presión económica sobre Tel Aviv. Mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu confirma su intención de tomar el control total de Gaza, la tardía y tímida reacción de estas potencias occidentales confronta a la “diplomacia de los valores” con sus contradicciones. Ver noticia original en …