El proceso hacia el Socialismo del siglo XXI que Hugo Chávez estuvo conduciendo hasta su muerte, acaecida el 15 de marzo (ya sea natural o inducida por el Imperio), fue siempre en el marco de la construcción de una verdadera democracia.
Entre los beneficios conseguidos por el gobierno de Chávez se pueden citar: el gasto social incrementado en los últimos 10 años es del 60,6%, unos 772.000 millones de dólares. A ello hay que añadir los grandes aumentos en construcción de viviendas sociales, en escolarización de niños, en construcción de universidades y en gratuidad de la enseñanza pública. Asimismo, hubo reducción de la pobreza, ampliación del número de pensionistas ancianos y creación de centros médicos gratuitos.
Con Chávez la esperanza de vida ha pasado del 72,2 años (1999) a 74,3 (2011). Venezuela es el primer país con el nivel más bajo en desigualdad social, la jornada laboral es de 36 horas, se redujo el desempleo y se ha incrementado el salario mínimo en más de 2000%. En Venezuela no se coarta la libertad de expresión, pues el 80% de los medios de comunicación están en manos privadas.
Entre los logros de mayor envergadura están: el reconocimiento como sujetos políticos a los sectores más desfavorecidos; posibilitando, a su vez, la capacidad de participación popular y la recuperación de su dignidad humana.
No obstante, Nicolás Maduro, ex-sindicalista y chofer de bus, ya como presidente tendrá que hacerle frente a los retos que plantean la criminalidad, la inflación, la devaluación, la burocracia y el déficit fiscal. Seguro que Maduro progresará en perfeccionar y ampliar las mejoras a la clase trabajadora y suavizará el cierto caudillismo de su antecesor; sin que ello merme el reconocimiento histórico de Chávez como uno de los principales luchadores por la dignidad de los oprimidos en América Latina.
A pesar de la oposición total de Estados Unidos, la Unión Europea y la derecha caciquil interior, con la unión de los Estados donde gobiernan fuerzas de izquierda se avanza en la unidad latinoamericana y la independencia respecto al Imperio, principalmente con las instituciones ALBA, UNASUR, CELAC y MERCOSUR.
Elecciones conflictivas
Fallecido Chávez, las fuerzas capitalistas, lideradas por Estados Unidos, han aprovechado la debilidad de Nicolás Maduro en las elecciones del 14 de abril para acabar con la Revolución Bolivariana. A la oposición le favoreció la escasa ventaja en los resultados electorales, obtenida por Maduro (50,75%) frente a Capriles (48,97%), en concreto 262.473 votos.
La derecha nacional e internacional, aliadas, declararon fraude electoral y movilizaron a sus huestes promoviendo la violencia, cuyos resultados fueron 9 asesinados y 124 heridos entre los chavistas, pero ninguno entre los caprilistas. Sin embargo, muchas voces reconocen la limpieza electoral en Venezuela.
Venezuela es un frente estratégico más, donde el Imperio trata de implantar su hegemonía mundial frente a los países emergentes. Acabando con la Revolución Bolivariana, se debilitará el proceso independentista que están llevando a cabo bastantes gobiernos progresistas latinoamericanos.