?Obedecer (al superior) a modo de una herramienta en manos del artista que no ha de cuestionar lo que está haciendo??… ?Tú eres un simple ejecutor??. Son exhortación que encontramos en la obra del fundador del Opus Dei, el ?santo?? J.M.Escribá Balanguer, ?El Camino?? (617/618). Primero deben esta sumisión absoluta los miembros de la orden (laicos, sacerdotes, obispos) al Papa y, en dependencia a este al prelado superior de la orden con sede en Roma.
En La República del 5 de octubre se informa que en el Perú el Opus Dei ?copa obispados y arzobispados a nivel nacional??, y que ?esta prelatura de la Iglesia tiene en el Perú su bastión?? contando ya con 10 obispos pertenecientes a este movimiento. Esto significa que cada vez más sacerdotes y laicos tendrían que bailar al ritmo de los órdenes superiores, sin abrir la boca. Si consideramos además la cantidad de colegios y universidades de este imperio, ¿qué educación podemos esperar para el futuro de nuestros proles? No debe extrañar que en la ciudad alemana Potzdam se les ha impedido la construcción de un colegio.
Hablar de obediencia en la Iglesia, en el sentido de sumisión de inteligencia y voluntad, contradice radicalmente a la letra y al espíritu del Evangelio. Jesús dejó en claro, que sólo a Dios se debe obediencia, a los hombres en la medida en cuanto nos sirven para encontrarlo. Aún en este caso tenemos el derecho y el deber de ?examinar todo y de atenernos a lo que consideramos lo acertado?? (San Pablo).
La verdad nos trasmite la Iglesia sin fronteras confesionales. Mas no ?en la figura de los obispos y del Papa??, como cree Ratzinger (Entrevistado por Raimund Arroyo, 2003). Quienes hemos vivido con atención y emoción el Concilio Vaticano II, encontramos confirmado que la figura de la Iglesia constituye todo el pueblo de Dios. Jesús advertía a sus seguidores para nadie entre ellos se levante como padre, dueño o maestro sobre sus semejantes, a modo de los emperadores en el mundo. Quienes así lo hacen, desobedecen a Dios.
Obedecer a hombres como ?un cadáver?? al que se puede mover a antojo sin que proteste (Ignacio de Loyola) o ?como una herramienta en manos del artista?? (J.M. Escribá), no es solamente una ofensa a la dignidad del ser humano, sino al mismo creador que lo creó ?a su imagen y semejanza??. Para los creyentes (Papa y obispos encluidos) es Jesús, el Jesús histórico, su camino. ?l nos ha señalado el camino en palabras y obras. En él la palabra de Dios se ha encarnado, así como quiere que se encarne, tome forma también en nosotros. El SER cristiano consiste en dejarse llevar por el mismo espíritu que impulsó a Jesucristo, y este no tenía nade de una marioneta, manipulado por el clero o el imperio de su tiempo.
Solo con una educación de calidad, creativa y crítica, el auge del imperio del Opus Dei con sus similares podrán ser parados, aislados y, con el tiempo aniquilados en bien de la madurez ciudadana y cristiana.